jueves, 31 de octubre de 2013

¡Feliz Halloween, Reward! 1


¡Feliz Halloween, buscadores!

¡Por fin ha llegado! ¡Bienvenidos a la fiesta de Halloween de Reward! ¿Se os ha hecho largo? Durante esta semana os he estado presentando a los invitados y sé que más que daros pistas sobre la fiesta, os han despertado más dudas. Sin embargo, hoy serán todas resueltas.

Comienza la historia más terrorífica y también más divertida de cuantas Reward ha protagonizado^^ Y como hoy es un día especial, ya sabéis que la colgaré entera. Pero como al final ha quedado un poco más larga de lo previsto, para no colgarla de golpe toda, la iré subiendo en partes a lo largo del día.

Es una historia de 60 páginas que he escrito en ¡¡11 días!! Así que me imagino que no podréis leerla entera hoy, pero aquí os la dejo para que tengáis algo que hacer durante el puente. Está dividida en cinco partes y aquí está la primera:

 
Primera parte:
Era Halloween. Una de las fiestas que con más entusiasmo se celebran en Irlanda, sobre todo en Dublín. La razón era simple: Halloween provenía de antiguas tradiciones paganas de los celtas que habían habitado la isla en tiempos pasados. Y aunque la tradición había cambiado un poco, a los dublineses les encantaba salir esa noche a pasarlo bien.
Bueno, esa noche quizás no fuera igual de divertida para todos. Los chicos de Reward se habían disfrazado, pero no para salir a divertirse sino para trabajar. Feliz Halloween, Reward.
Su popularidad como Boy Band estaba creciendo como la espuma gracias al lanzamiento de <<Dark Heart>> el primer single de su disco. Empezaban a conceder entrevistas en populares programas de la televisión, a firmar autógrafos a chicas que gritaban sus nombres e incluso habían dado algún concierto importante en Irlanda. Pronto expandirían sus horizontes más allá de la isla verde, pero todavía tenían que resignarse a hacer cosas como aquella.
Eran las siete, pero ya había anochecido. Reward se encontraba en una lujosa limusina que llevaba casi cuarenta minutos parada en mitad de una calle. Estaban esperando porque Reward no estaba completo del todo. Faltaba alguien a quien sus amigos siempre tenían que esperar.
Matt no apartaba la mirada del cristal tintado de la ventanilla y éste reflejaba su monstruosa imagen como si fuera un espejo. No es que Matt fuera un monstruo (a ningún miembro de Reward le faltaba atractivo), pero tenía un aspecto aterrador por el disfraz que había escogido.
Matt iba de zombie. Y como no podía ser de otro modo tratándose de un fanático del cine de terror, era el zombie más real que nadie hubiese visto jamás. Desde la ropa desgarrada y ensangrentada hasta el maquillaje que había usado para transformar su rostro de niño en el de un muerto viviente. Cortes por todas partes de los que surgían chorretones de sangre seca, trozos de piel carcomida, incluso llevaba una prótesis de silicona en forma de oreja falsa que parecía a punto de caérsele. No había centímetro de su piel que no estuviera cuidadosamente pintada, por eso mismo estaba dejando hecho un asco el asiento de cuero italiano sobre el que no dejaba de dar golpecitos con el dedo. Pero sus amigos sabían que estaba demasiado molesto como para atreverse a decirle nada.
Finalmente, fue él quien habló:
-¿Alguien recuerda cómo eran nuestras vidas antes de que tuviéramos que esperar a Nate en limusinas, aeropuertos o encima de un escenario?-
-La vida pasaba más rápido ¿verdad?- dijo Tom a modo de respuesta, pero Matt apenas le miró pues otra cosa llamó su atención.
-¿Te ocurre algo, Nataly?- le preguntó a la chica que, sentada junto a Tom, no paraba de moverse.
-La peluca me pica- contestó con fastidio y alzó las manos estirando los dedos.- Y no puedo rascarme por culpa de las uñas postizas.-
-¿De qué se supone que vas disfrazada?- quiso saber Jack.
Nataly llevaba un vestido entallado aunque tan largo que le rozaba los tobillos, de color verde brillante y rematado con hilo dorado en el dobladillo de la falda y en las mangas. Se había embadurnado con un maquillaje especial que le daba a su piel cierto tono verdoso y por último, había ocultado su cabello con una peluca pelirroja abultada y desordenada que, ciertamente, tenía pinta de picar de un modo horrible.
-¿No dijiste que te vestirías de hada?-
-¡Soy una Glaistig! Un hada oscura que vive en lagos y se alimenta de la sangre de hombres jóvenes- explicó intentando rascarse la cabeza con la palma de la mano.- Quería ir de hada tradicional pero alguien se puso muy pesado con ese rollo de que todos teníamos que ir en plan aterrador…- acabó mirando fijamente a Matt quien apenas se inmutó.
-Si pensabas mirarme de ese modo, podrías haber dicho directamente que fui yo.-
-Fue Matt- añadió ella. Los demás sonrieron divertidos pero el aludido se removió en su asiento, molesto y pringándolo todo un poco más.
-Agradezco que al menos tú hayas cumplido. Realmente pensé que todos seguiríamos con el plan aterrador, Nat. No me imaginé que la mayoría se rajaría ¡Empezando por tu gran amigo que en el último momento decidió ir de príncipe encantador! ¡Porque sí!-
-¡Eh!- se quejó Tom sujetando la espada apoyada en el regazo.- No voy de príncipe, sino de caballero medieval- Además de la espada de juguete, llevaba una especie de túnica con un escudo donde se mezclaban cabezas de animales y armas sin el menor sentido. Y en los brazos y en las piernas, algo así como unos protectores metálicos que pretendían imitar a una cota de malla.- Todo el mundo sabe que en un grupo de monstruos hace falta alguien con una espada que controle.-
-¡Pero ¿Qué monstruos?!- Matt paseó su mirada ceñuda por el resto de los ocupantes de la limusina. Pasaba de una a otro con una mueca de desagrado como si no supiera cual era peor, hasta que al final se decidió.- ¡Aquí tenemos un duendecillo! Y no uno de esos oscuros, no. No asustaría ni a una mariposa.-
Todos miraron a Jack, aunque no de forma directa pues su atuendo era de un verde tan resplandeciente que les cegaba. Porque Jack iba de leprechaun irlandés con su traje de chaqueta, pantalón y sombrero de copa verdes. La pajarita y el chaleco iban a juego sobre una camisa blanca que brillaba casi tanto como sus zapatitos negros de hebilla dorada.
Jack se encogió de hombros llevándose a la boca su falsa pipa de plástico.
-Así demuestro mi amor por Irlanda- contestó con sencillez, pero no bastó para Matt que entrecerró aún más los ojos de forma acusadora.
-Claro, claro… Y no tiene nada que ver con que este disfraz se parezca sospechosamente al que te pusiste el día de San Patricio ¿Verdad?- Antes de que Jack respondiera, Zonc cometió el error de soltar una risita y los sangrientos ojos del zombie se clavaron en él- ¿Y tú? ¡Ni siquiera sé de qué vas tú!-
Zonc llevaba esa noche una túnica en tonos naranjas, amarillos y granates, con un gorrito plano y redondeado que parecía estar encajado en la peluca blanca y larga que le caía sobre la cara. Llevaba una barba del mismo color y unas enormes gafas redondeadas.
Elsie, la otra chica del grupo, le miró un par de veces de arriba abajo.
-Yo creo que va de mago… tipo Dumbledore ¿no?-
Zonc se apartó la barba para hablar.
-Soy un alquimista- les explicó. Tenía el rostro entero bañado en sudor por todas las cosas que lo cubrían.
-Pues eso, un mago-
-Los alquimistas no eran magos, Elsie. Eran científicos de la Edad Media- relató.- Usaban la ciencia de los metales en su búsqueda de la vida eterna.-
Ese era el típico dato interesante que a Zonc le gustaba compartir con los demás, pero que lamentablemente a nadie más interesaba. Mientras que Jack jugueteaba con su pipa de plástico, Elsie se colocaba el vestidito sobre el regazo. Y como solía ocurrir desde hacía un tiempo, Nataly y Tom habían dejado de prestar atención y hablaban entre ellos en voz baja.
Matt sacudió la cabeza. Era un apasionado del terror, cosa que exceptuando a Nataly, no podía compartir con nadie más. Pero Halloween era su fiesta favorita y le molestaba que sus amigos no le tomaran enserio.
-Bueno, todavía me queda Nate…-
Elsie hizo un ruidito de guasa mientras se cruzaba de brazos.
-Cuando sólo puedas contar con Nate, deja de contar- le soltó sin cuidado.
Nadie dijo nada porque era sobradamente conocida la enemistad que existía entre ella y Nate. Seguía resultando extraño, pues Nate solía caerle bien a todo el mundo a pesar de ser… cómo él era.
En ese momento, alguien golpeó el cristal justo donde Matt tenía apoyada la cabeza. Del susto dio un bote que movió toda la limusina. La puerta de ese lado se abrió y Nate asomó su rostro sonriente, aunque más pálido de lo normal, por el hueco.
-¡Feliz Halloween, Reward!- exclamó mirando al interior. Se le veía muy emocionado y en absoluto avergonzado por haberles hecho esperar casi una hora.- ¡Vamos, moveos! ¡Hacedme sitio!-
Zonc se movió a un lado para dejarle un hueco entre él y Matt en el que Nate se sentó a toda prisa cerrando la puerta de golpe. Tan escandaloso como siempre. Lo cual llamó la atención de Ben, el representante del grupo. Su cabeza apareció tras una pequeña pantalla, también tintada que se levantó dejando al descubierto los asientos delanteros de la limusina.
-¡Por fin, Nate! ¡¿Dónde te habías metido?! ¡No, déjalo! ¡¿Podemos irnos de una vez?!- Se volvió hacia el frente y la pantalla volvió a cerrarse antes de que nadie dijera nada.
Benjamín era un buen hombre, pero que perdía los nervios con facilidad (en eso recordaba un poco a Jack en sus peores momentos) porque siempre andaba muy preocupado por los chicos. Y cuando eso ocurría era inútil intentar razonar con él porque, literalmente, no dejaba a nadie hablar. No obstante, los chicos estaban acostumbrados y ya no se lo tomaban a mal.
La limusina se puso en marcha al fin y tomó rumbo al sur. Primero tendrían que atravesar el centro de la ciudad para después dirigirse a las afueras. Esperaban no tardar demasiado pero al ser Halloween, el tráfico era imprevisible. Y el trayecto se complicaría aún más cuando alcanzaran los barrios residenciales llenos de niños disfrazados.
Pero esas eran cuestiones que podían preocupar a Benjamín, pero no a los chicos. Sobre todo a Matt que no era capaz de despegar los ojos del recién llegado.
-Bueno ¿Qué os contáis?- preguntó Nate sin percatarse de la mirada que le estaba taladrando.
-¡Esto ya me parece increíble!- exclamó Matt- Vale que no te vistieras de monstruo como esta pandilla de rajados. Nataly, no lo digo por ti- La chica asintió.- Pero… ¡Ni siquiera vas disfrazado!-
-Sí que voy disfrazado- aseguró Nate.
Pero no era verdad. O al menos eso pensaban todos, pues el chico llevaba unos simples pantalones vaqueros pegados con una camiseta morada que mostraba una enorme calavera negra en el centro. Una chaqueta de cuero y un par de muñequeras a juego.
-¿Y de qué se supone que vas?-
-¡De vampiro!-
Jack soltó un bufido.
-No tío, que va…-
-¡Que sí!- insistió él sin perder su buen humor.- Lo que ocurre es que voy de vampiro rollo “Crepúsculo” que es lo que se lleva ahora.-
Todos volvieron a repasar su atuendo pero siguió sin convencerles.
-No cuela ¡Esa es tu ropa normal de salir de fiesta!-
-¡Pero si hasta me he echado polvos para estar pálido y me he pintado la mordedura!- Se apartó el cuello de la chaqueta y les mostró dos agujeros mal pintados con boli más cerca del hombro que del cuello.
-¿Sabes lo que creo?- dijo Jack incorporándose y apuntándole con su pipa.- Que has sido demasiado vago como para comprar un disfraz.-
-¡Mira quien fue a hablar!- se defendió.
-De verdad… no se puede ser más cutre- dijo Elsie. Nate giró la cabeza hasta ella, porque al instante supo que se refería únicamente a él.
-¡Vaya Elsie! ¡Estás aquí! Ni siquiera te había visto-
La chica forzó una amplia sonrisa orgullosa con la que lo único que pretendía era demostrarle su desprecio.
-Genial, Nate…-
-No, enserio. Ni me había fijado en ti- insistió él con una sonrisa exacta a la de ella. – Por cierto ¿De qué vas disfrazada? ¿De colegiala?-
-Soy caperucita roja- contestó. Sobre el vestido rojo y la famosa capa del mismo color, sostenía su cestita. Además se había trenzado su cabello rubio y lo sujetaba con un lazo, también rojo.
-Eso da mucho miedo- intervino Matt con sarcasmo.
-Pero soy una caperucita vengativa- corrió a aclarar. Y de su cestita sacó un cuchillo de juguete.- ¿Ves? Yo me zampo al lobo, no él a mí.- Nadie dijo nada, pero Nate hizo una mueca sobradamente elocuente que consiguió enfurecer mucho más a la chica. Guardó su cuchillo mientras se estiraba en el asiento.- Al menos sé que doy más miedo que un falso vampiro fiestero.-
Entonces Nate volvió el rostro hacía sus amigos como si la caperucita que tenía delante hubiese desaparecido.
-Por cierto ¿Qué pinta ésta aquí?- preguntó de forma despectiva.- Para lo que vamos a hacer esta noche no necesitamos a nadie molestando y haciendo fotitos.-
Elsie era la nueva fotógrafa que la discográfica había contratado para el lanzamiento del disco, así que la conocían desde hacía relativamente poco, aunque se había integrado bastante bien entre ellos (exceptuando a Nate) porque era más o menos de su edad.
-La he invitado yo- respondió Nataly al ver el modo en que Elsie estaba enrojeciendo por la furia.
-¿Y eso por qué?-
-Pues porque es mi amiga y…- Nataly desvió la vista con disimulo.-… la verdad chicos, echo de menos otra chica en el grupo.-
-Podrías haber traído a cualquier otra.-
-¡Venga Nate, ya está bien!-
Como siempre, Jack le paró antes de que se pasara de la raya.
Las peleas entre Nate y Elsie eran tan comunes que se habían convertido en una rutina de la banda. Comenzaban con ingeniosos reproches que se lanzaban el uno al otro y que resultaban casi entretenidos, pero si no se les paraba a tiempo, la discusión se iba volviendo cada vez más seria hasta que a alguno se le escapaba un comentario excesivamente duro. Por eso era mejor pararlo todo antes de llegar a ese punto.
El rato siguiente sobrevino un silencio que se instaló en el vehículo y casi todos se dedicaron a mirar por las ventanillas. Dejaron atrás Ballsbrigde, uno de los barrios más elegantes de Dublín. Y miraran a donde miraran sólo había urbanizaciones en las que las luces de las farolas no iluminaban ni la mitad que las enormes calabazas apostadas en los porches. Los niños correteaban de un lado a otro disfrazados de personajes realmente aterradores y cargando con bolsas llenas de caramelos.
-Esos críos sí que saben- suspiró Matt.
-Olvídate de lo de los disfraces ya, tío- pidió Jack, aburrido.
-Sí, que hay cosas peores… ¡Nos estamos perdiendo Halloween! ¡Eso sí que es triste!-
-Tranqui, Nate. Si acabamos pronto con esto, a lo mejor aún nos da tiempo a llevarte por ahí a pedir chuches- se burló Matt, pero el pequeño vampiro dio un respingo, sonriente.
-¡Ah pues entonces…!- pero se calló al captar la guasa dibujada en el rostro de los demás y trató de disimular pasándose una mano por el pelo.- ¡Bah! Como si yo aún perdiera el tiempo con cosas como esas…- sus amigos no supieron si reír o permitirle salvar su orgullo haciéndose los locos, pero no hizo falta tomar una decisión pues si algo se le daba bien a Nate era cambiar de tema.- De todos modos… ¿Se puede saber por qué tenemos que trabajar justo esta noche?-
-Pregúntaselo a Ben- dijo Jack sin más.
-¡BEN!-
Todos hicieron una mueca ante el potente e inesperado grito de Nate y la pantalla de la limusina volvió a levantarse. Ben se giró hacia ellos una vez más.
-No es necesario que grites de ese modo, Nate, estoy justo aquí- le dijo con fastidio.- Respondiendo a tu pregunta, vais a dar un concierto privado para Lord Cupcake y sus invitados en su mansión porque nos lo ha pedido como un favor especial. Y ahora, descansad y conservar fuerzas, que ya falta poco para llegar.-
Y la pantalla se cerró de nuevo.
-Eso no responde a mi pregunta- insistió Nate a sus amigos.- ¿Un favor especial? Ahora somos famosos ¿No serían los demás los que deberían hacernos favores a nosotros?-
-Me parece que aún no sois tan famosos- comentó Nataly.
-El tal Lord Cupcake es un hombre poderoso- explicó Zonc por encima de su falsa barba.- Tiene como la mitad de las acciones de la discográfica. Me imagino que a alguien así no se le niega un favor.-
-Bueno, menos mal que ahora lo sé- dijo Nate.- Así evitaré hacer el tonto delante de él.-
A Elsie se le escapó una risita.
-Sí, seguro.-
No dio tiempo a que comenzaran una nueva pelea, porque en ese momento la limusina se detuvo frente a una gran verja de hierro negro. Formaba un dibujo tan complicado como el de una telaraña y se extendía a ambos lados de la calle, engullida por la oscuridad.
-Bien chicos, esta es- informó Ben apareciendo de nuevo desde el otro lado del cristal como una cabeza flotante.- Os esperan con todo listo para la actuación, así que ¡Buena suerte!- Los chicos le miraron, extrañados, pero no tuvieron ocasión de responder.- Yo tengo que volver al estudio, pero vendré a buscaros a las doce ¿De acuerdo?-
La cabeza desapareció y los chicos fueron saliendo uno a uno de la limusina. Cuando todos estuvieron en la acera, ésta arrancó dejándoles allí, en una calle tan desierta que parecía que el mundo entero hubiese desaparecido.
De cerca, captaron ciertos detalles de la verja que en un primer momento habían pasado desapercibidos; como que los barrotes se retorcían hacia arriba y estaban rematados en punta, o que en algunos se apreciaban unos arañazos o lo más evidente: que la puerta estaba cerrada y no había ningún timbre a la vista.
-¿Qué hacemos?- preguntó Zonc.
Jack solía ser quien tomaba la iniciativa en el grupo, así que se acercó al cerrojo de la verja para comprobar su estado. Alzó la mano hacía él, pero antes de llegar a rozarlo, éste hizo “click” y la puerta se abrió con un agudo chirrido. Fue como si el viento la hubiese empujado, sólo que no soplaba tal viento.
Los siete dieron un respingo y se miraron entre sí.
-Que cosa más rara…-
-Estaría abierta.-
-Entonces ¿Entramos?-
Jack asintió y empujó del todo la verja para cruzarla sin temor, y los demás le siguieron.
Lo que se extendía al otro lado debía ser el jardín delantero de la mansión, pero estaba gobernado por las tinieblas. Tanto así que apenas podían ver la casa a lo lejos, pues las luces del porche parecían estar apagadas. Lo único que ofrecía un cierto resplandor era la calabaza.
Según avanzaban hacia ella, muy juntos unos de otros, Elsie miraba en todas direcciones un tanto atemorizada y fue quedándose atrás hasta que chocó con Matt.
-Esto no me gusta nada- murmuró. Elsie aborrecía el terror casi tanto como Matt lo adoraba.
-Bah, no te preocupes- le dijo el zombie.- He estado en casas del terror que daban más miedo que esto.- Enganchó a la chica por los hombros con cariño.- No hay nada que temer aquí, Elsie.-
-A un maestro del terror como tú será difícil impresionarle- comentó Tom. Matt se encogió de hombros con humildad, aunque nadie lo vio en la oscuridad.
-Pues a mí esto me encanta- A Nataly también le gustaba el terror y pasar miedo; estaba tan emocionada por estar allí que se había olvidado del picor de su cabeza.
El porche de la mansión también era inmenso, pero todos se quedaron con la boca abierta cuando estuvieran lo bastante cerca para verla mejor. La luna, llena y grandiosa, se asomó entre los jirones de nubes que llenaban el cielo y la iluminó como si se tratara de un potente foco. La visión que apareció ante ellos fue algo impresionante.
Se trataba de una vieja mansión de la época victoriana, aunque dadas las proporciones y su forma, parecía más un castillo sacado de alguna película de terror. De nuevo, era difícil discernir su autentico tamaño pues la oscuridad también lo envolvía. Allá donde el porche desaparecía en ambas direcciones había surgido una espesa niebla que los chicos no habían visto en  la calle. Y con el número de plantas pasaba igual; los ventanales se multiplicaban por todas partes y había tejadillos oscuros decorados con estatuas grotescas que representaban criaturas desconocidas; y dónde uno acababa, nacía una nueva planta en forma de torre que ascendía hasta el cielo. Sin embargo, había elementos que contrarrestaban con ese aspecto tan imponente: toda la casa estaba cubierta por una gruesa capa de polvo, podían verla flotar sobre los escalones de madera y la barandilla del porche ante el más leve movimiento. La pintura tenía extrañas manchas que rezumaban olor a humedad asentado en la estructura. Y se oía algo… apenas un murmullo ahogado por sus respiraciones, sonaba como si diminutas piedras se resquebrajaran desde el tejado y cayeran lentamente rasgando las paredes.
El primero en romper el silencio que había producido la casa fue, como siempre, Nate. Se acercó a Matt y le dio un codazo, un poco más fuerte.
-¿Qué te parece ahora?- le preguntó. –Pinta bien ¿Eh?- Pero Matt no dio su brazo a torcer y simplemente se encogió de hombros.
Jack no deseaba alargar aquello más, así que se dirigió a la puerta. Los peldaños estaban tan gastados que se hundieron bajo sus pies como si pisara un colchón. Al pasar junto a la calabaza que ilumina todo, se fijó en que era extrañamente grande y redondeada, proyectaba una luz anaranjada casi fosforescente.
Se colocaron en corro en torno a la puerta principal, lo único que tenía aspecto de ser nuevo.
-Adelante, colega- le animó Tom a su derecha.
Jack alargó la mano hacía el tirador en forma de cuervo de metal y golpeó la madera un par de veces, con fuerza.
Tuvieron que esperar unos minutos hasta que escucharon pasos acercándose. El rugido que lanzó la puerta al abrirse hizo que el porche se tambaleara bajo sus pies y un rostro, tan pálido como la niebla que empezaba a rodearlos, surgió de las profundidades.
-¿Sí?- preguntó.
-¿Lord Cupcake?- murmuró Jack con cierta vacilación.
-¿Qué desean?-
-Somos Reward- siguió Jack.- Hemos venido a hacer una actuación.-
El hombre pálido les lanzó una mirada circular, o eso pareció pues mantenía los ojos semi cerrados, como si estuviera a punto de quedarse dormido. Todo su semblante era impasible, reflejaba una calma inalterable.
-Adelante, Reward- Hasta su tono de voz sonó monocorde, sin sentimiento, como sonaría la voz de un robot. Abrió más la puerta y les indicó que pasaran.- Les estábamos esperando.-
Lo dijo justo cuando Elsie pasaba por su lado y no pudo evitar dar un pequeño respingo.
-¿Llegamos tarde?- quiso saber Jack.
El hombre pálido cerró la puerta tras ellos con un sonido aún más fuerte que el anterior y rápidamente se colocó a la cabeza.
-Lord Cupcake y su hija, la señorita Madeleine, los esperan en el salón principal- explicó mientras les guiaba por un pasillo plagado de candelabros colgados en las paredes.
Aquel extraño hombre debía ser una especie de mayordomo, aunque también iba disfrazado, aunque lo que no supieron fue identificar que intentaba representar con esas extrañas ropas antiguas. ¿Un mayordomo de otro siglo?
El pasillo desembocó ante unas altas puertas de madera profusamente decoradas con relieves que el mayordomo tuvo que empujar con ambas manos para abrir. Al otro lado debía estar el salón pero dos cortinas de terciopelo rojo muy oscuro cortaban el paso.
-Adelante- repitió el hombre.- Y por cierto, bonitos disfraces-
-¡Gracias! El suyo también- dijo Nate. Entonces el hombre se deshizo de su máscara y esbozó algo parecido a una sonrisa, que les puso los pelos de punta.
-Yo no llevo ningún disfraz.-
Nate se paró de golpe y Zonc chocó con él. Al mirar de nuevo al hombre, la sonrisa había desaparecido y mostraba su antigua expresión.
A pesar de lo extraño del comentario, todos lo olvidaron en cuanto cruzaron las cortinas. Fue como cruzar una puerta mágica a otro mundo, uno de riquezas y opulencia exageradas, totalmente contrarias a lo que habían visto de la mansión hasta ahora.
El salón era una habitación tan grande como cualquier sala de conciertos en la que hubieran actuado. Se dividía en dos plantas unidas por una escalera de caracol, aunque en la de arriba no apreciaron más que una puerta semi oculta en las sombras. Pero la de abajo… aparte de la típica decoración de Halloween con calabazas, murciélagos y esqueletos, había multitud de cuadros, antigüedades y muebles de aspecto caro. Incluso había varias chimeneas repartidas por la sala.
Y había tres cosas que llamaban especialmente la atención. La primera eran las dos armaduras apostadas en la puerta, con sus espadas en una pose de reposo como si vigilaran la entrada. La segunda, tres lámparas de araña que custodiaban el techo y que sostenían miles de velas que parecían titilar todas al compás. Y por último, los enormes ventanales que había al fondo de la sala, tan altos que cubrían toda la pared, podían ver sus proporciones a través de las ligeras cortinas que los tapaban.
Era tan increíble que nadie, ni siquiera Nate, dijo nada mientras recorrían la estancia admirándolo todo.
Cuando quisieron darse cuenta, el mayordomo se había marchado con el sigilo de un profesional entrenado en ser invisible. Estaban solos en esa gran sala y todos se sentían un poco intimidados, aunque había quien sabía disimularlo mejor.
-Bonito sitio- murmuró Nate sentándose (más bien lanzándose) sobre uno de los sillones de cuero que adornaba el lugar.
-¡Ten cuidado, no vayas a romper algo!- le reprendió Jack. Pero el vampiro le respondió con una mueca.
-Tranquilo, angustias. Ni que tuviera cinco años…-
Entonces, se oyó una carcajada surgida de la nada y que bajó flotando hasta la planta baja sorprendiendo a todos. A Nate el que más, pues se levantó del sillón de un salto como si algo le hubiese pinchado. A pesar de todo, no fue una carcajada tétrica y aterradora (algo más esperable en un lugar como aquel) sino que lo que se oyó fue una risa agua y cantarina.
Miraron hacia arriba justo cuando una figura se asomaba sobre la barandilla de la planta superior.
 
 
¿Qué os parece? ¿Alguien se anima a comentar? Estad atentos porque en un par de horas, se reanudará el relato.
Nos vemos muy, muy pronto buscadores ^^
Pd: ¿Habéis visto el jueguecito de la página de google para halloween? ¡Es buenísimo!


6 comentarios:

  1. Madre mía si que es siniestra la casa!!! Has cortado la historia en lo mejor..Ahora entiendo los personajes que has ido poniendo durante la semana, eran los chicos de Reward. Lord Cukcake??? Me suena a magdalena, jiji. Espero ansiosa la próxima parte.Un abrazo..

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  2. ¡Yujuuuu, el primer comentario!
    Jajaja, claro que es siniestra ¡Es Halloween! ¿Cómo iba a ser si no? Bueno, bueno, he cortado en lo mejor porque subiré las partes muy de seguido así que tampoco es que tengáis que esperar demasiado! ^^
    Exacto! eran los disfraces, jajaja, sorpresa!!!
    Voy a por la segunda parte y nos vemos^^
    Feliz Halloween, buscadora!

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  3. eran los disfraces de los chicos y chicas...muy bien me da que lo van a pasar mal veras el miedo que va a pasar el listillo...jajaja yo lo pasaría...
    mañana seguire leyendo.
    chaoo

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    1. ¡Eran los disfraces!! Jajaja, no se lo esperaba nadie eh?
      Hombre es una historia de miedo, claro que lo van a pasar mal!!! Pero así será todo más divertido, jajaja, tu lo pasarías mal? Es que no te gustaría visitar una casa embrujada en plan peli de terror??? Jajajaj, pues no tenia ni idea.
      Nos vemos en la siguiente parte!!

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  4. Ayyyyyyyyyy, no sabes la ilusión que me ha hecho leer el nombre de Nataly! Casi me pongo a dar saltitos, de verdad, me encanta que aparezca, por alguna razón estaba casi convencida de que ella no aparecería...espera...esto significa que Nataly se hará personaje oficial de Reward? Lo que me lleva a pensar que Noches de Feria es real...¡espero que lo sea! Jajaja, bueno, bueno, no me quiero adelantar, ya lo descubriré más adelante!
    En cuanto a los chicos de Reward, magníficos! Me ha gustado mucho conocerles a todos por fin, con nombres y dejándonos una leve indicación de su personalidad! Matt me gusta mucho, le gusta el cine de terror y es el que más se ha currado el disfraz!
    Por otro lado, no he podido evitar reírme cuando he leído que Tom iba de príncipe encantador (cómo no), digo de caballero medieval!! Pobre...siempre le están haciendo las bromas a él jajaja.
    Jack tiene pinta de que me va a caer muy bien, de hecho ya me ha caído bien, y Zonc, con sus comentarios interesantes! Yo sí quiero escucharlos!!
    La chica nueva, Elsie, imagino que va a tener algo con Nate!! Imagino, no digo que sea bueno o malo pero...ahí hay tema! Cómo una vez me dijiste tú..."los que se pelean, se desean" ;)
    Y lo de los disfraces, me ha parecido super original. Jamás hubiera imaginado que eran ellos mismos disfrazados...yo ya estaba rayándome en plan: ¿cómo relaciono a todos esos monstruos? Por cierto, el disfraz de Nate ha sido buenísimo, de vampiro de los que se llevan ahora dice! Jajaja, ay, presiento que me voy a enamorar de este personaje (al igual que el resto de Reward)
    Al que he echado de menos es a Mr.Bossy :( Pero Ben me ha caído muy bien, y me pica la curiosidad de conocer a Lord Cupcake y su hija Madeleine. Aún no me arriesgaré a decir qué o cómo son!! Sé que tienen que dar mucho miedito...si yo estoy en el lugar de los chicos, me piro en cuanto el mayordomo me dice que no llevaba disfraz!!!!
    Por último, me he quedado flipada cuando he leído que has escrito la historia en 11 días! Es increíble!!!! Eso sí se merece un enhorabuena, a mi me gustaría acercarme a esa marca alguna vez! Y además, la historia tiene muy buena pinta, me ha atrapado este primer capítulo y porque ya es tarde, que si no me ponía a leer el segundo enseguida! De todas formas estoy tranquila al saber que ya has publicado todas las partes de este especial de Halloween...tengo un precioso puente para disfrutarla^^
    Una cosa, me alegro que Reward esté poco a poco arrasando en Irlanda!!! Jejeje, estos chicos se van a hacer internaciones en poco tiempo! Un saludo:D

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    1. ¡Bienvenida al terror de Halloween!
      Te pensabas que iba a librarme de Nataly?? Bueno claro, como me libre de Ainara y no se la volverá a ver por aquí, pero es distinto!!! Por ahora Nataly no se ha cargado a nadie de Reward.
      Pos sí, en esta historia (igual que en la de noches de feria) dejo que conozcáis un poco más a los chicos de Reward, al menos la personalidad como tú dices, porque es cierto que como van super disfrazados, no he podido describirlos demasiado físicamente, pero weno, eso lo haré más en la de Noches. Además, por los disfraces ya os podéis hacer una idea de cómo son ellos en verdad, véase el caso de Nate y su "disfraz", jajaja.
      Hombre Mr. Bossy supongo que estará celebrando Halloween en su querido parque atracciones, así que no te preocupes por él. Además tenemos a Ben, aunque me temo que aquí va a salir poco... los Cupcake son más interesantes, la verdad.
      En 11 días, sí, ufff.... es que a mí me encanta Halloween y un día cuando estaba de compras vi que ya habían empezado a poner en las tiendas las chuches estás típicas de Halloween que si con formitas de calabazas y esqueletos y tuve un flash: "debería escribir algo especial de Halloween para el blog". Y como estaba escribiendo otra cosa, tuve que terminar eso con lo que estaba mientras pensaba esta historia, y cuando me pude poner, solo me quedaban 11 días. La verdad es que ha sido un estrés, porque como encima tengo la absurda manía de escribirlo todo a mano primero... Me preocupa que con el poco tiempo que tenía no me quedara demasiado bien, así que espero que os guste a todos!!! ^^
      Gracias por tu super-mega comentario y nos vemos en el próximo capitulo! Byeee

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