¡Hola, valientes buscadores!
¿Quién de vosotros se habría atrevido a cruzar esa puerta y subir esas
escaleras? No demasiados ¿eh? ¿No os estáis preguntando qué será lo que van a
encontrar al otro de ese túnel?
Aquí esta la respuesta:
Tal y como Matt había dicho, no podían hacer otra cosa
más que subir por aquellas tenebrosas escaleras. Subieron, subieron y siguieron
subiendo sin que el escenario que les rodeaba cambiara lo más mínimo. La
escalera ascendía en línea recta hasta que llegaron a un punto donde empezó a
cambiar. Se adentraron en una nueva escalera de caracol, con peldaños de piedra
y que seguía un hueco cada vez más estrecho. Si alguien esperaba que eso
angustiara a Nate, el recién descubierto claustrofóbico del grupo, no fue así.
De hecho era uno de los pocos que seguía adelante sin dar muestras de
cansancio.
Nadie quería decir nada que preocupara a los demás en
aquella situación, pero poco a poco estaban notando cosas extrañas. El tiempo
pasaba y de pronto fue como si llevaran horas subiendo sin llegar a ningún
sitio. Teniendo en cuanto todo lo que habían ascendido, ya deberían haber alcanzado
la última planta de esa casa varias veces. Todos se preguntaban en silencio
hacía dónde les llevaban esas escaleras.
Por fin llegaron a un pasillo de piedra, también en
tinieblas, lo cual los animó demasiado pronto porque las cosas no mejoraron ni
mucho menos. Aquel oscuro corredor desembocó en una bifurcación con dos nuevos
pasillos idénticos entre sí y también al que habían dejado atrás. Escogieron
uno al azar que les llevó hasta otra bifurcación igual que la anterior. El
tiempo seguía volando mientras iban y venían por ese laberinto en el que más de
una vez les pareció que daban rodeos y volvían sobre sus pasos.
Inevitablemente los ánimos empezaron a decaer, por eso,
en la que debía ser la sexta o la séptima bifurcación que se encontraban, Matt
chilló.
-¡Ahhh!- Y todos se detuvieron a su alrededor.- ¡Mierda,
Nate! ¡Casi me tiras!-
A la luz del móvil vieron que éste se había sentado cuan
largo era sobre el suelo y sin soltar la espada.
-¿Qué haces ahí?- preguntó Tom.
-Me aburro de andar como un pringado por este sitio- dijo
sin más.- Además, aquí dentro hace tanto calor que tengo la garganta reseca
desde hace un buen rato.-
-Sí, a mí me pasa igual- comentó Nataly abanicándose con
una mano.
-Bueno, y yo me muero de hambre- intervino Matt.- Pero
¿Qué hacemos? ¿Nos sentamos a esperar a que esas armaduras horribles nos
atrapen?-
-No creo que hayan conseguido seguirnos- opinó Elsie muy
tranquila.
-Fijaos si habremos andado que hasta noto más ligera la
espada de tanto cargar con ella.-
-Mmmm…- Zonc hizo un ruido extraño y se colocó ante todos
acariciándose la barbilla.- Desde luego esta casa tiene una distribución de lo
más peculiar.-
-No sé si esas cosas nos estarán siguiendo o no- empezó a
decir Jack. Su voz sonó extraña por lo cansado que estaba.- Pero si de verdad
nos siguen, deberíamos continuar hasta encontrar algún sitio donde
escondernos.-
-¡¿Qué sitio?! ¡Si aquí no hay nada!- exclamó Nate.
Entonces, se levantó de un salto increíblemente rápido.- Esperad… ¿Oís eso?-
-¿Oír el que?-
Se encaminó hacia uno de los dos pasadizos que tenían
frente sí y asomó la cabeza por él.
-Aquí hay algo- dijo justo antes de desaparecer en su
interior.
Los demás se apresuraron a seguirle y descubrieron un
ligero resplandor al final de la oscuridad. Las paredes de aquel corredor
tenían una pequeña hilera de candelabros encendidos.
Así que decidieron seguir por allí con la esperanza de
que significara que se dirigían hacia algo, quizás una salida.
Nate se unió a ellos y redujo su paso para colocarse
junto a Matt que iba de los últimos.
-Vaya casa ¿Eh?- le dijo.- Para ti debe ser genial. Es
como estar dentro de la mejor película de terror de la historia.-
-Ah… no te creas- respondió Matt haciendo una mueca.- Lo
de abajo con las armaduras ha estado bien y esto de los pasadizos de piedra
impresiona pero… no es para tanto.-
-¿En serio?-
-Hazme caso, tío. Hace falta algo más que eso para que
hablemos de la mejor película de terror de la historia.- sentenció el zombie.
Tuvieron que abandonar la conversación porque al doblar
una esquina se toparon con una puerta al fondo. Estaba entre abierta y una gran
luminosidad se escapaba por ella. La miraron si atreverse a tentar a la suerte
hasta que Jack dio el primer paso en su dirección.
-Mejor que seguir a oscuras- murmuró encogiéndose de hombros.
Pero no entraron enseguida, primero se amontonaron en
torno a la puerta y echaron un vistazo al interior, por lo que pudiera
esconder. Resultó que no era nada a lo que debieran temer. Sólo era una
biblioteca. No una biblioteca común, pues como todo lo de esa casa, les arrancó
exclamaciones de asombro según entraban.
Sus paredes estaban cubiertas de estanterías de madera
que desprendían un olor intenso, junto al de los millones de libros que las
ocupaban. Debía haber una copia de todos los libros que se hubieran publicado
alguna vez. En el centro de aquella estancia, justo debajo de unas cuantas lámparas iguales a las del salón, había
sillones confortables y escritorios de madera repartidos de forma circular en
torno a una gruesa alfombra de aspecto cálido y mullido. Justo donde Nate se
lanzó sin cuidado.
Todos tomaron asiento también, y aunque Nataly escogió el
sillón que más blando y delicado parecía, no se sintió mejor. No es que
estuviera cansada, más bien estaba mareada y muy acalorada por el esfuerzo. Tenía
los labios resecos y la garganta le ardía. Sus amigos tampoco parecían estar
bien. Así que durante unos minutos permanecieron en silencio, recobrando
fuerzas e imbuidos en sus pensamientos. Al final, acabaron mirándose los unos a
los otros.
-Bueno… ¿Qué hacemos ahora?- preguntó Tom. Esta vez fue
Zonc quien se adelantó a responder.
-Analicemos la situación en la que nos hallamos antes de
tomar una determinación- les dijo mientras se ajustaba las gafas a la nariz
como si las necesitara para ver de verdad.- Parece ser que tras haber sido
engañados por esa chiquilla, estamos atrapados en esta casa que, aparentemente,
está embrujada.-
Nataly le miró algo confusa. La había costado entenderle
más de lo normal.
-Eso es una tontería- terció Jack desde su butaca.- Vamos
chicos, las casas embrujadas no existen.-
-¿Y cómo vas a explicarnos lo de las armaduras vivientes?
¿O lo de los pasadizos interminables?- Nate chasqueó la lengua.- Está claro que
aquí pasa algo.-
Jack abrió la boca, para rebatir ese argumento, pero
hasta su implacable racionalidad tuvo que guardar silencio pues todo eso era
cierto y no sabía cómo explicarlo. Se quedó callado con la mirada en el suelo
hasta que sacudió la cabeza sin que en esta ocasión el sombrero se le moviera
apenas.
-Vale. Está bien. Supongamos que es cierto…- dijo aún con
cierta dificultad.- La magia y los monstruos existen y estamos encerrados en
una casa encantada. Ahora hay que decidir qué hacer.-
-Yo no tengo… la menor idea- comentó Elsie como si
tampoco le importara. Parecía más preocupada intentando encajar la enorme
espada que se había traído en su pequeña cesta.- ¿Qué?- soltó al darse cuenta
de que todos la miraban.- ¿Para qué quiero una cesta si no puedo llevar las
cosas en ella?-
Nataly entrecerró los ojos, extrañada. Lo cierto es que
estaba tan mareada que le importaba poco el comportamiento de Elsie y se tendió
en el sillón sin más.
-Nataly…- la voz de Tom le llegó como un murmullo lejano,
y lo que la hizo levantar la vista de golpe fue el subidón que sintió al notar
su cálida mano rozando la de ella.- Pareces descompuesta ¿Qué te acontece?-
Nataly apartó la mano.
-¿Por qué hablas así?- le preguntó, y él se encogió de
hombros.
-¿Así cómo?-
-Vamos a ver- dijo Jack llamando la atención de todos.-
Tenemos que empezar a tomar decisiones. No estamos de excursión sino en una
maldita casa encantada así que repito: ¡¿Qué hacemos?!- Jack parecía de pronto
molesto. Al mirarle Nataly, incluso creyó percibir algo extraño en él, aunque
no supo qué era. El leprechaun se volvió hacia el zombie.- Tú eres el experto
en cosas de terror ¿Alguna idea?-
Matt tardó un poco en darse cuenta de que hablaba con él.
-¿Eh?- murmuró confuso.- Perdona tío, es que estaba…-
-Tenemos que encontrar otra salida- dijo Nataly,
cansada.- Porque no podemos volver por donde hemos venido.-
-Ciertamente, resultaría una peligrosa gesta, además de
inútil- dijo Zonc.- Pues tratándose de una casa encantada, es de esperar que el
camino que aquí nos trajo ya no exista como tal ¿No es así, Matt?- Éste se limitó
a asentir con la cabeza.
-Pues entonces sólo hay una cosa que podemos hacer- dijo
Jack.- A las doce, Ben volverá a buscarnos ¿No? Nos quedaremos aquí encerrados,
alejados de los monstruos y de esa maldita niña hasta entonces. Cuando Ben
vuelva y vea que no aparecemos, él hará algo.-
-Supongo que no es mal plan- opinó Zonc. Sin embargo, no
todos estuvieron de acuerdo.
-¡Es un plan horrible!- exclamó Tom poniéndose en pie.-
¡¿Pretendes que nos quedemos aquí ocultos, cual repugnantes cobardes?! ¡Eso
nunca! ¡No es honorable! ¡Lo que debemos hacer es plantar cara!-
Elsie, que llevaba un rato revoloteando por la sala
probando a meter todo lo que se encontraba en su cestita, se detuvo y levantó
la vista.
-¿Plantar cara a los monstruos?- preguntó casi sin mirarle.-
Qué locura…-
-¡No es una locura! ¡Es una cuestión de honor!- insistió
él alzando la voz.
-¡¿De qué puñetas nos estás hablando, Tom?!- le espetó
Jack.
Nataly echó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y
resoplando. Cada vez se sentía peor y todos esos gritos absurdos tenían la
culpa.
<< ¿Por qué discuten por semejante
tontería?>> pensó ella. <<Debería matarlos a todos. >>
Abrió los ojos de golpe y se incorporó. ¿Qué acababa de
pensar? Se sujetó al sillón, asustada, porque no lo había pensado en broma ni
muchísimo menos, por un instante, era completamente en serio. Y lo más
escalofriante es que le había resultado tan natural… Algo no iba bien. No sólo
estaba cada vez peor, empezaba a no sentirse ella misma. Y no era lo único, no
paraba de captar cosas extrañas en el comportamiento de los otros sin que nadie
más se diera cuenta.
Los miró uno a uno y no pudo descubrir qué era lo que
estaba mal, pero se estaba poniendo muy nerviosa. En un intento de calmarse, se
pasó una mano por el pelo. Aunque no era su pelo, sino esa horrible peluca…
ahora que pensaba en ella, hacía ya un buen rato que no notaba los picores. Se
pasó la mano por la melena metiendo los dedos entre los cabellos y notó algo
extraño.
-¿Qué…? ¿Qué es… esto?- murmuró. Levantó la vista hacia
sus amigos y de pronto se dio cuenta de lo que estaba pasando y todas las cosas
extrañas cobraron sentido para ella.- ¡Chicos! ¡No puedo quitarme la peluca!-
Se miró las manos y trató de quitarse las uñas postizas, pero tampoco pudo. Se
levantó de golpe frotándose las mejillas con las palmas.- ¡El maquillaje
tampoco sale!-
-Nat… ¿Qué dices?-
-¡Intentad quitaros los disfraces!- les pidió. Al
principio nadie se movió y la miraron como si hubiera perdido el juicio.-
¡Haced lo que os digo!-
Sus amigos accedieron y se encontraron con que ellos
tampoco podían.
Tom tiraba con todas sus fuerzas de las protecciones de
sus brazos, pero éstas se negaban a salir.
-No consigo sacármelas- dijo- Es como si las tuviera
atascadas…-
-Yo ni siquiera puedo quitarme el sombrero- anunció Jack.
-¿Qué está pasando?- preguntó Elsie a Nataly, la pobre
era incapaz hasta de soltar la cestita.
Nataly no respondió, pues miraba fijamente a Matt.
Levantó la mano hacía él, señalándole.
-Matt…- musitó.-… tu oreja.-
El zombie levantó la mano y agarró la oreja que acabó por
desprenderse del todo.
-Sólo es una prótesis- les dijo. Pero se fijó mejor en la
oreja que sostenía y vio que ésta llevaba un pendiente de calavera negra exacto
al que él llevaba en su… Corrió a palparse su oreja, pero no la encontró en su
sitio. -¡Oh, dios mío! ¡Esta es… es mi…! ¡OH DIOS!- sujetó la que era su
verdadera oreja ensangrentada únicamente con dos dedos y miró a sus amigos,
aterrado.- ¡¿Qué significa esto?!-
-¡Pero ¿De verdad no os dais cuenta?!- preguntó Nataly.
Todos parecían demasiado conmocionados como para descubrir lo que ocurría.
Todos excepto Zonc, que aún conservaba la calma.
-Creo que yo sí- dijo, ajustándose de nuevo las gafas.-
Hace un rato que los ojos me pican y ahora, no veo nada si miro por encima de
estas lentes que, se supone que no están graduadas- Se colocó en el centro de
sus amigos llevándose las manos a la espalda.- Lo que esta dulce dama intenta
decirnos es que estamos cambiando. No es sólo que no podamos quitarnos los
disfraces; es que nos estamos convirtiendo en ellos.- Esa revelación suscitó un
sinfín de reacciones de todo tipo y Zonc trató de traer de vuelta la calma
antes de que todos se pusieran a gritar.- Queridos amigos, por favor… pensadlo
un momento. ¿No os sentís diferentes?-
-Yo me siento genial- declaró Nate.- Excepto por esta
terrible sed que me está volviendo loco y… - Se calló de golpe y abrió más los
ojos entendiendo lo que eso significaba. Después se miró todo el cuerpo.-
¡Ahora soy un vampiro! ¡Mola!-
-Bueno, tampoco te emociones porque eres un vampiro
crepúsculo- le dijo Matt.
-¿Y qué?-
-¡Pues que esos no son vampiros de verdad!- Nataly
asintió dándole la razón desde donde estaba, pero Matt dio un respingo.- ¡Yo
soy un zombie!- Se miró la mano, angustiado y agitó la oreja como si se tratara
de una loncha de queso.- ¡Mi oreja! ¡¿Qué voy a hacer con ella?!-
Elsie suspiró, aburrida y fue hacía él tendiéndole su
cestita.
-Anda, trae… yo te la guardo- le dijo. Matt la observó
con el ceño fruncido, pero aceptó el ofrecimiento.
-¿Se puede saber a qué viene ese rollo de la cesta?-
preguntó Nate, algo asqueado.
-Soy caperucita roja- respondió Elsie.- Y eso es lo que
ella hace ¿No? Llevar cosas en una cesta de un lado a otro.-
Jack se levantó de la silla como un huracán.
-¡Pero ¿Nos estamos volviendo todos locos?!- gritó.-
¡¿Cómo nos vamos a estar convirtiendo en nuestros disfraces?! ¡Eso es
imposible! –
-¡¡Mira mi oreja, tío!!- gritó Matt aún más fuerte.-
¡Elsie, enséñasela!-
-¡Cómo no dejéis de gritar juro que os arrancaré el
corazón a todos!- chilló Nataly consumida por un intenso odio que se desvaneció
casi al segundo siguiente. Todos se quedaron helados al oírla y ella se llevó
la mano a la boca, asustada.- Lo siento, no quería… es que no sé qué me ha
pasado.-
-A eso iba- continuó Zonc.- Me temo que no sólo estamos
adquiriendo las habilidades de nuestros personajes. Sino que también estamos
adoptando su personalidad.- Explicó alzando una mano como si impartiera una
clase.- Por eso a Elsie lo único que le preocupa es llevar cosas en su cestita,
o por eso Tom se comporta y habla como un honorable aunque ignorante caballero
medieval…-
-¡¿Cómo osas?!- replicó Tom, ofendido.
-Espera ¿Por eso tú nos hablas en plan listillo?-
inquirió Nate.
-¡No puede ser! ¡Es imposible!- insistió Jack cruzándose
de brazos. Tom fue hacia él y se colocó a su lado.
Ambos solían ser de más o menos la misma altura, pero en
ese momento, Jack apenas le llegaba a la altura del pecho.
-¡Pardiez! ¡Tío, estás encogiendo!- exclamó Tom.
Esa fue la evidencia que acabó por convencer a Jack de
que no sólo era posible, sino que era verdad.
-Eso no es lo más importante- dijo Zonc con calma y
sacudiendo la cabeza.
-¡Ya, claro! ¡Porque tú no te estás convirtiendo en un
pitufo!-
-¡Ni se te caen trozos de piel!-
-¡Yo me muero de sed!-
-¡Chicos! ¡Chicos!- llamó Zonc dando unas palmadas para
llamar la atención de todos, de nuevo como un profesor.- Reflexionemos sobre
esta situación. En la mayoría de los casos, esto resulta un inconveniente
salvable pero en el caso de Nate, Matt y Nataly, sus nuevas identidades podrían
resultar potencialmente peligrosas para el resto de nosotros.-
-Un vampiro, un Glaistig y un zombie…- asintió Tom.-
¿Sólo os parece potencialmente peligroso, mi señor sabio?-
-Yo sé que no os haría daño- dijo Matt sin dudar.- Es
cierto que desde que esta conversación comenzó no puedo dejar de imaginar en lo
deliciosos que deben estar vuestros cerebros, en especial el de Zonc, pero
vamos que no…-
-Y a mí me pasa igual- Nataly se llevó una mano a la
garganta. La notaba ardiendo… pero estaba segura.- No podría beber vuestra
sangre.-
Irremediablemente todas las miradas se posaron sobre
Nate, que seguía en el suelo. Éste prefirió abstenerse y no dar una respuesta,
pero sólo consiguió que los demás le miraran aún peor.
-¿Nate?-
-Bueeeeeno…-
-¡¿No serás capaz?!-
-¡Es que me muero de sed!- explotó levantándose,
angustiado.- ¡No me miréis así! ¡No tenéis ni idea de lo que estoy sufriendo!-
-¡¿Lo qué estás sufriendo tú, pequeño egoísta de las
narices?!- exclamó Matt furioso. Agitaba sus entumecidos brazos salpicándolo
todo de sangre y pus.- ¡Mira lo que me ha pasado a mí!-
-Sí, tu oreja está en una cesta- dijo Nate con calma.-
¡Supéralo y sigue adelante! Aún te queda la otra.-
-A la vista está que necesitamos un nuevo plan- anunció
Zonc.- Esperar aquí encerrados ya no es una buena opción. Acabaríamos
matándonos los unos a los otros.-
-¿Y qué propones?- preguntó Tom.
-¿Por qué nos está pasando esto?- se preguntó Elsie.- Si
la casa esta embrujada entiendo que haya monstruos que nos ataquen, pero ¿Por
qué nos estamos convirtiendo en ellos?-
-¡Ha sido la cría!- dijo Jack dando un extraño saltito,
que todos supusieron que sería típico de los duendes.- ¿Recordáis de lo que iba
disfrazada? ¡De bruja! No contenta con encerrarnos en esta casa de los horrores,
nos ha hechizado.-
-No tiene mucho sentido que siendo una bruja de verdad se
disfrazara de eso- meditó Nataly.- Además, lo que ella quería era el concierto,
si hubiese tenido los poderes desde el principio ¿Por qué no los usó para
obligaros a hacerlo?-
-Entonces, sólo puede ser la casa- dijo Matt.- Esta casa
debe estar maldita o algo así. Empezamos a cambiar cuando entramos.-
-¡Claro! ¡Además ella misma lo dijo! ¿Os acordáis? “Me
daréis lo que quiero en cuanto hayáis pasado un rato en mi casa”- Nataly estaba
convencida de que era eso ¿Qué si no?
-Esa es una buena noticia- opinó Zonc mesándose la barba,
que ahora sí que era verdadera. Nadie entendió a lo que se referiría, algo que
se estaba volviendo habitual.- Si la maldición está en la casa, es de esperar
que cuando hallemos la salida, volveremos a ser nosotros- les explicó.
-Tienes razón, sabio alquimista- dijo Tom.- Sólo hemos de
hallar una salida.-
-Pues no veo en que ha mejorado nuestra situación
descubrir eso…- Elsie señaló lo obvio.- Seguimos sin poder volver atrás porque
nos toparíamos con las armaduras.-
-Es peor, porque si es una casa encantada de verdad a
saber qué más habrá por ahí suelto…- se le ocurrió a Jack.
-Bueno, pero ahora tenemos ventajas ¿No?- preguntó Nate.-
Algunos somos más poderosos que antes. Yo soy un vampiro y Nataly una terrible
Glaistig ¿Verdad?-
Se giró hacia ella pero Nataly no les escuchaba. Estaba
muy quieta y mirando al suelo, casi sin parpadear.
-¿Nataly?- la llamó Tom. Ésta levantó la mirada y no dijo
nada.- ¿Estás bien? Ella asintió, pero ellos supieron que mentía.- Nat ¿Qué
ocurre?-
-Nada-
Tom se le acercó y ella retrocedió.
-¿Nataly?-
Entonces ella negó con la cabeza y salió corriendo por la
puerta, fuera de la seguridad de la biblioteca. Tom dio un respingo pero salió
corriendo tras ella. Los demás se quedaron quietos.
-¿Qué ha sido ese ruido tan raro?- preguntó Nate.
Aunque Tom corrió todo lo que pudo tras de Nataly, cuando
salió de la biblioteca, se encontró el pasillo vacío. Tanto a un lado como al
otro no había rastro de ella, sólo dos direcciones igual de oscuras, así que
tuvo que elegir una al azar confiando en que fuera la correcta.
Escogió la derecha.
Caminó deprisa hasta la esquina del extremo y al
doblarla, la vio. No se había alejado demasiado y estaba sentada en el suelo,
con la espalda apoyada en el muro. Sus rodillas flexionas estaban cubiertas por
el largo vestido.
Tom soltó un hondo suspiró al verla y fue derecho a ella.
-¡¿Se puede saber por qué has hecho algo así?! ¡¿Cómo se
te ocurre salir corriendo sola de ese modo?!- la reprendió vociferando, aunque
ella ni se inmutó. Tenía la cabeza sobre sus rodillas y miraba hacia otro
lado.- ¡Podrías haberte perdido! ¡Esta casa no deja de cambiar!- Mientras lo
decía se fijó en que el angosto corredor de piedra que les había conducido
hasta la biblioteca se había esfumado y ahora daba la impresión de ser un
acogedor pasillo de una casa normal y corriente, con su papel pintado cubriendo
las paredes y todo.
Nataly siguió sin responder, ni siquiera se volvía para
mirarle, era como si no le oyera. Tom soltó un resoplido y trató de sentarse a
su lado. Era más complicado ahora que las protecciones de sus brazos y piernas
eran realmente de acero.
-Nataly…- lo intentó una vez más y aunque siguió sin
mirarle, ésta vez sí que respondió.
-Vete, Tom- le dijo.- Déjame sola.-
-¿Cómo voy a dejarte sola en este sitio?-
-He dicho que te vayas, por favor-
Tom no entendía nada ¿Por qué no le decía lo que le
ocurría? Además, su recién adquirido orgullo de caballero se rebelaba contra la
idea de obedecer órdenes y le hacía irritarse.
-No voy a irme a ningún sitio hasta que no me digas qué
te ocurre- le dijo mucho más serio. El silencio que recibió, hizo que hablara
con mayor rotundidad.- ¡¿Qué es?! ¿Es por algo del disfraz?-
-No, no es nada- dijo ella. Le mostró el rostro y no le
pareció tan enfadada como habría creído.- Sea lo que sea, no es algo que quiera
que vosotros sepáis ¿De acuerdo?- Le miró bien y añadió:- ¡Y mucho menos tú,
así que lárgate de una vez!- Intentó apartarle de ella pero Tom atrapó sus
muñecas en el aire y la miró fijamente.
-No me iré hasta que no sepa qué te pasa ¡¿Está claro?!-
La mirada que le lanzó debió convencerla, porque Nataly bajó los brazos al
tiempo que la mirada.
Parecía realmente preocupada y eso hacía que él también
lo estuviera ¿Por qué no confiaba en él? Se suponía que eran grandes amigos.
Tom se calmó e intentó suavizar su expresión al mirarla de nuevo. Al tocar sus
muñecas había notado su piel helada, pero intentó no preguntarse hasta que
punto habría cambiado.
-Nat, por favor- Ella le miró apretando los labios en una
mueca extraña.- venga, dímelo-
-No quiero que tú lo veas- murmuró.
-¿Ver qué?-
Nataly suspiró y se frotó los ojos.
-Hay algo que no os conté sobre las Glaistig- comenzó a
decir. Parecía que cada palabra le costara más que la anterior, así que él
decidió tener paciencia.- Algo sobre… sobre…- sus ojos descendieron para
después moverse por todas partes sin rumbo. Hasta que al final se pararon.-
Algo sobre sus piernas.- Reveló.
Tom frunció el ceño.
-¿Qué les pasa a tus piernas?-
Nataly hundió el rostro en sus rodillas unos instantes.
Respiró hondo y lentamente levantó unos centímetros el dobladillo del vestido
para mostrarle sus tobillos. Sólo que sus tobillos habían desaparecido y lo que
había en su lugar eran un par de…
-¡Pezuñas!- exclamó Tom por la sorpresa. Al instante,
Nataly volvió a ocultarlas, avergonzada.- ¡¿Te han salido pezuñas?!-
-No sólo pezuñas, sino que toda la pierna… ¡No importa!-
exclamó sin decir nada más.
Gracias a que ahora Tom era un honorable caballero no se
rió, ni siquiera se le escapó una sonrisa. Se mantuvo tranquilo y sereno todo
el tiempo.
-¿Así que las Glaistig tienen… patas de cabra?-
-¿Por qué crees que llevan siempre esos vestidos enormes?
Nunca engañarían a un hombre para comérselo con esas piernas.-
Tom pensó que eso tenía sentido.
-Tom, no se lo cuentes a nadie por favor- le pidió.- ¡En
especial a Nate! ¡Me torturaría con esto durante años!-
-Tranquila, tu secreto está a salvo conmigo. Palabra de
caballero- le prometió.- Además, Nat esto no es culpa tuya y tampoco será para
siempre. En cuanto salgamos de aquí desaparecerán.-
-No he salido corriendo sólo por esto- le dijo llevándose
las manos a la cabeza.- Es que estaba empezando a pensar mal ¿Sabes? Sobre
hacer cosas malas y… me ha asustado.-
Tom lo sintió por ella y porque no sabía qué decir. Se
notaba diferente pero quizás no tanto como ella y le costaba imaginar cómo
sería volverse tan distinto en tan poco tiempo.
-Tú no eres mala, Nat-
-Pero podría acabar siéndolo-
-¿Seguro que no te has ido por lo de las piernas?-
Nataly se lo pensó ladeando la cabeza.
-Bueno, puede que fuera el motivo principal pero… ¡Es
horrible!- exclamó.- ¡Soy un monstruo!-
-Nataly… os encontráis bajo el ominoso efecto de una
maldición y vuestro porte está transmutando, pero en ningún caso debe
afligiros, pues cuando hayamos partido, todas las calamidades que nos asolan
perecerán y volveremos a nuestros menesteres auténticos con la brevedad de un
resuello.-
Nataly entrecerró los ojos.
-Pero ¿Qué dices? No entiendo ni una palabra…-
-¡Lo siento, es el disfraz! Se me va la cabeza.- La sacudió
con fuerza y se detuvo para concentrarse en las palabras.- Lo que quiero decir
es que pronto saldremos de aquí y todo volverá a la normalidad. No te
preocupes.-
Con una sonrisa, alargó los brazos hacia ella y la
abrazó. Y Nataly se dejó abrazar, cerró los ojos sintiendo que su contacto la
calmaba. Casi por un segundo se olvidó de dónde estaba y del aspecto de sus
piernas. Hasta que le llegó ese olor… uno muy particular, casi camuflado en el
de Tom que ella ya conocía. Y aún así, pudo captarlo casi más claro que
cualquier otra cosa. Era un olor especial, atrayente e intenso. Se sintió de
repente hambrienta y aquello era como el olor de su comida favorita.
Abrió los ojos y lo que vio fue la piel morena y
bronceada del cuello de Tom. Sus ojos se clavaron en el punto donde veía la
sangre bombeándose al compas de su ritmo cardíaco, un movimiento casi hipnótico
y antes de darse cuenta abrió ligeramente la boca.
-¡No!- exclamó asustada al darse cuenta de lo que iba a
hacer. Le apartó de un empujón.- ¡No te acerques a mí!- Se pasó la mano por la
garganta, le ardía más que nunca.- No quiero hacerte daño.-
Tom la miró confuso.
-Nataly, tú no me harías daño, lo sé.-
Pero ella no estaba segura de sí misma. Así que se
levantó de golpe y se acomodó el vestido.
-Volvamos con los demás- propuso ella.- Ahora mismo
prefirió no estar a solas contigo.-
Tom la observó largamente pero acabó por levantarse.
Inclinó levemente la cabeza, conforme.
-Como desees- le dijo.
Regresaron por el corredor hacia la esquina, rumbo de
nuevo a la biblioteca donde esperaban reencontrarse con todos sus amigos.
Estoy deseando leer vuestros comentarios y opiniones.^^
Muy buenas!!! Me parece que las cosas se les está complicando un "poquito" a los chic@s. Yo si fuera ell@s miraría siempre sobre el hombro vigilando mis espaldas, jiji. Espero que ninguno se meta tanto en su personaje y empiece a comerse a sus amig@s. Un saludo..
ResponderEliminar¡Hola Rudimara!
EliminarEs normal que se vayan complicando las cosas, cuanto más tiempo pasen en esa casa, es lo que irá pasando. XD
Harías bien en vigilar tu espalda, porque ahora hasta un amigo podría ser peligroso, aunque si yo estuviera allí, me preocuparía sobretodo por Nate que es el que parece que tiene menos autocontrol.
Nos vemos pronto!
Hay la leche lo mal que lo están pasando...como se les valla la olla se comes entre ellos, hay que jorobarse con la puñetera niña, por que yo creo que todo esto es culpa de ella ya veremos.
ResponderEliminarchaoo
Jajajaja!
EliminarSi, la niña se la ha liado bien ¬¬ tendrás que seguir leyendo a ver si son capaces de contenerse y no pegarle un mordisco a sus amigos!
Nos vemos en el siguiente capitulo! Gracias por comentar ^^
Buenas^^
ResponderEliminarMe alegro mucho de estar de nuevo por aquí, he estado un poco perdida esta semana pero como ya te respondí esta tarde en los comentarios de Inestable he tenido que estudiar T_T
Desde luego...vaya historia que le has preparado a Reward, esto no lo olvidan si es que viven para contarlo! Por que se ve que tienen hambre y estoy preocupada por que se coman los unos a los otros xD
Ya desde el principio les has hecho hacer ejercicio, subiendo tanta escalera, yo me hubiera caído rodando hasta las armaduras, jurado jajaja. Y cuando por fin parece que acaban de subir, sorpresa! Llegan a una biblioteca repleta de libros en la que comienzan a convertirse en sus disfraces xD He sufrido con Matt y su oreja, debería meterla en un frasco de pepinillos o algo, rápido!
Elsie y Zonc parecen los menos inofensivos...y me ha encantado Tom en su papel de caballero medieval, hablando con su propio lenguaje! Me preocupa un poco Nate, que está sediento, y con lo bien que le cae la caperucita roja...que precisamente va de rojo, como la sange...yo no digo nada pero la chica puede pillar un mordisco!!
Pero sin duda, la que más me está preocupando es Nataly! Pobrecilla...yo también hubiera salido corriendo si me hubieran salido patas de cabra. Además, no debemos ignorar el hecho de que le están dado ataques de odio hacia sus amigos, hasta el punto de querer matarlos xD A mi a veces me pasa, pero no lo digo en serio...Nataly, tú eres fuerte, resiste!!!!!
Menos mal que está Tom ahí para protegerla...porque mira que salir corriendo de esa forma tiene tela.
Bueno, voy al siguiente capítulo, a ver si son capaces de encontrar la biblioteca de nuevo!
¡hola!
ResponderEliminarQue ganas de leer tus comentarios!!^^
Weno, weno, pos ya has visto la que se ha liado, sí. Eso les enseñara a elegir mejor de que se disfrazan cuando estén en Halloween, XD menos mal que mas de la mitad se rajo con la idea de Matt de ir en plan super aterrador, porque si no...
Aún así, es verdad que tienen ahí a Nate, Matt y Nataly que... Nate que es un inconsciente, sobre todo porque hace lo que le viene en gana siempre. Y Nataly... mira después de lo de sus piernas, no podemos echarle en cara que este cabreada. Yo también lo estaría!!!
Los demás... intente buscar disfraces que luego fueran personajes divertidos, como lo de que a Tom no se le entendiera al hablar o que Jack se fuera convirtiendo en un duendecillo gruñón, jaja.
Espero que te guste el resto de la historia!^^