jueves, 31 de octubre de 2013

¡Feliz Halloween, Reward! 2

¡Hola otra vez, buscadores!

¿Qué os ha parecido la primera parte de la fiesta? ¿Estáis asustados? Supongo que todos habréis entendido ya lo los personajes malvados ¿No?
Bueno, no esperemos más para saber quién o qué acaba de aparecer en escena:


-¡No me puedo creer que estéis aquí! ¡En mi propia casa!- Se trataba de una niña que no tendría más de 14 ó 15 años, según se apreciaba a través del disfraz y el maquillaje de bruja que lucía- ¡Reward! ¡Bienvenidos! ¡Soy, sin duda, vuestra mayor fan!-

-Entonces, es un placer conocerte, preciosidad- respondió Jack mostrando una de sus arrebatadoras sonrisas, especiales para sus fans.- Eres Madeleine Cupcake ¿Verdad?-

-Así es. Y también seré vuestra humilde anfitriona esta noche.- Eran evidentes los esfuerzos que hacía por mantener la compostura y una actitud correcta a pesar de la emoción que refulgía en sus ojillos y de los saltitos que trataba de parar agarrándose a la barandilla.- ¡Estoy tan contenta de que hayáis accedido a esto! ¡¡Os adoro!! Sobre todo a ti, Nate.-

El chico le sonrió y le guiñó un ojo. Elsie estaba tan cerca de él que al verlo, no pudo evitar hacer una mueca, ni trató de disimularla tampoco pues Madeleine la vio, reparando al fin en la presencia de dos chicas desconocidas que no deberían estar en su salón.

-¿Quiénes sois vosotras dos?-

-Ella es Nataly, una buena amiga de Reward- contestó Nate antes que nadie, después lanzó una mirada a Elsie.- Ésa es sólo la fotógrafa.-

-Y también una gran amiga- añadió Jack con rapidez.

La brujita asintió aunque ya no parecía tan emocionada, se quedó mirando al vacío ensimismada o pensativa, quizás. Y el silencio se prolongó el tiempo suficiente como para que todos miraran a Jack animándole a que retomara la conversación. Y eso tuvo que hacer.

-Bueno… ¿Vamos a cantar aquí o…?-

Lady Cupcake dio un respingo y la sonrisa volvió a su rostro al reparar en la pregunta.

-¡Oh no! ¡Claro que no! Tenemos un lugar mucho mejor, en el jardín de atrás- Con un elegante movimiento de brazo les señaló los enormes ventanales del fondo cuyas cortinas estaban abiertas de par en par.

-¿Esas cortinas no estaban echadas cuando hemos entrado?- le preguntó Nataly a Tom cuando los demás echaron a andar hacia ellas.

-Pues no me he fijado. No creo porque ¿Cómo es que ahora están abiertas?-

En eso se quedó pensando ella siguiéndole hasta los ventanales que mostraban una vista panorámica de los jardines traseros y si el tamaño de la casa impresionaba, la extensión de los campos dejaba sin habla. El fin de éstos no se veía y en el centro, había un precioso cenador de color blanco resplandeciente con columnas en las que se entrelazaban plantas trepadoras del mismo color. El techo se elevaba formando una pequeña cúpula iluminada por miles de velas.

-Tíos ¿Es que esta gente no cree en la electricidad?-

-¡Es impresionante!- exclamó Jack acallando las tonterías de Nate.- ¿Vamos a actuar ahí?-

-¡Por supuesto! ¡¿Os gusta?!-

-Sí, es increíble- comentó Zonc sin parpadear por el asombro.

-Pero ¿Dónde se colocarán los invitados?- preguntó Tom.

Madeleine arrugó la nariz.

-¿Invitados?- repitió, confusa.- Debe haber algún error. Yo soy la invitada.-

El grupo entero se giró al unísono hacia la chica. Les sonría con emoción, sin notar nada raro en las expresiones de sus invitados.

-Pero… asistirá más gente al concierto ¿Verdad?- preguntó Jack, la chica negó con la cabeza.- A ver, a ver… ¿Estás diciendo que el concierto era sólo para ti?-

-Pues claro…-

-¡Ah no! ¡Eso sí que no! ¡Me niego!- soltó Nate. Encaró a sus amigos negando tanto con la cabeza como con los brazos.- Una cosa es dar un concierto privado para 20 ó 30 personas, pero ¡¿Sólo para una?! ¡Ni hablar!- Alzó la mirada hacia la chica.- Lo siento, guapa. Pero Reward no hace recitales.-

-¡Nate!-

-No, Jack. El pequeñajo tiene razón- intervino Matt.- Vale que estamos empezando y que no somos The Beatles, pero esto es pasarse de la raya.-

-Sí, además también es importante la imagen que dé Reward a partir de ahora- les apoyó Zonc con su habitual sensatez.- No querrás que vayan diciendo por ahí que cantamos a domicilio ¿verdad?-

Jack miró a Tom, pues era el único que no había dado su opinión, y su simple semblante fue lo bastante esclarecedor.

Jack tendía demasiado a menudo a ejercer como el líder y como el portavoz del grupo, los demás se lo permitían porque era lo bastante inteligente como para tomar siempre (o casi siempre) las decisiones correctas. Y aquella noche, su decisión fue la misma que la del resto de sus amigos. Estaban empezando a ser alguien en el mundo de la música y todo lo que hacían y no hacían, contaba.

-¿Se puede saber de qué estáis hablando?- quiso saber Madeleine. Jack se volvió para mirarla y se pasó la mano por la cabeza haciendo que su sombrero se tambaleara.

-Madeleine… tengo que pedirte disculpas en nombre de todos, porque no vamos a dar el concierto.-

-¿Por qué no?-

-Lo sentimos de veras, pero nosotros creíamos que cantaríamos para más personas. De haberlo sabido nos habríamos ahorrado todo esto.-

-Pero, no lo entiendo- la voz de la bruja Cupcake se tornó aún más aguda, casi quebradiza como si estuviera a punto de echarse a llorar.- ¿Cuál es el problema?-

-No se trata de que haya un problema…-

-¡Claro que sí!-

-¡Nate! ¡Basta!-

Pero el pequeño vampiro se plantó el primero para que se le viera bien.

-El problema es que Reward no va a actuar para una sola persona- explicó sin más. Los otros le miraron entre horrorizados y casi agradecidos de la falta de tacto que a veces se apoderaba de él. No obstante, Tom se colocó a su lado con la intención de suavizar el golpe.

-Sentimos mucho todo esto, Madeleine. Sabemos que te hacía mucha ilusión pero… en fin, así son las cosas.-

Madeleine bajó la vista para asimilar la noticia, pero de pronto gritó:

-¡No!-

-¿Ha dicho que no?- murmuró Elsie sorprendida. Y a pesar de decirlo en voz baja, la niña la oyó.

-Sí, he dicho que no- confirmó ya sin rastro de tristeza en su voz.- Las cosas NO son así. Y no van a serlo porque soy Madeleine Cupcake y siempre consigo lo que quiero. Y lo que yo quiero esta noche es que Reward cante para mí. Así que eso es lo que vais a hacer, tanto si os gusta como si no.-

Dejó a todos tan impresionados que no sabían qué decir. En un instante la chica encantadora había sufrido una transformación irreconocible, dando paso a una autentica bruja furiosa de los pies a la cabeza. Incluso su aspecto había cambiado, parecía más amenazador y terrible. Ya casi no parecía una niña.

Jack se giró hacia sus amigos.

-Creo que será mejor que nos vayamos.-

Nada más pronunciar esas palabras, escucharon un golpe acompañado de una corriente de aire que apagó unas cuantas velas.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó Tom.

-¡La puerta se ha cerrado!- exclamó Matt señalándola. Acto seguido se oyó otra cosa.

-¿Y eso?-

-Sonaban como… cerraduras.-

-¡¿Qué significa todo esto?!- le espetó Jack a la chica.

-No vais a ir a ninguna parte hasta que no consiga mi concierto.-

-¿Pretendes encerrarnos?- preguntó Elsie a punto de echarse a reír.- ¡Es absurdo! ¿Qué harás si se niegan? ¿Nos dejarás aquí para siempre?-

Madeleine soltó otra carcajada que no se pareció en nada a la anterior.

-Os garantizo que no será necesario. Me daréis lo que quiero en cuanto hayáis pasado un rato en mi casa- les dijo.- Así que creo que os dejaré un rato a solas para que reflexionéis y toméis la decisión correcta.- Una sonrisa perversa aún permanecía en su rostro.- ¡Feliz Halloween, Reward!-

Empezó a retroceder, sin dejar de mirarles, hacía las sombras que tenía a su espalda y desapareció.

-¡Eh, espera!- gritó Jack. Pero fue en vano, pues lo siguiente que oyeron fue el sonido de otra puerta que se cerraba y supieron que volvían a estar solos.

-Esto es increíble…- murmuró sacudiendo la cabeza.

-Ya lo creo ¡¿A qué venía todo eso?!-

-Pero ¿Va en serio?-

-¡¿Cómo va a ir enserio?! ¡No puede dejarnos aquí para siempre!-

-¿Cómo habrá hecho lo de la puerta?-

-¡¿Y qué más da?!-

-Lo mismo ha sido Cara Pálida que sigue por ahí escondido ¡EH, CARA PÁLIDA!-

-¡Por dios, Nate! ¡Deja de gritar!-

En lugar de responder alguna bordería a Elsie, Nate chasqueó los dedos como si acabara de resolver todos los misterios.

-Tíos… ¡Esto podría ser una cámara oculta!-

Todos le miraron aunque no precisamente porque pensaran que podía llevar razón. Jack se pasó una mano por la cara intentando calmarse.

-¿Qué dices?-

-¡Claro! Uno de esos programas que se dedican a gastar bromas pesadas a famosos- les explicó muy convencido.- Se lo hacen pasar fatal y no salen hasta que estás a punto de llorar.-

-¡Anda ya! No es posible-

Zonc se rozó la barbilla cubierta por la espesa barba blanca.

-Mmmm… pero podría ser una cámara oculta…-

-¡No, claro que no! ¡No le animes, encima!-

Tom se apartó un poco de aquella conversación, que por otro lado era cada vez más absurda y se fijó en que Nataly permanecía en silencio. Ni siquiera prestaba atención a lo que hablaban y sus ojos castaños estaban fijos en la puerta. Pensó que quizás estaba asustada, así que se acercó a ella.

-Hey Nat ¿Estás bien?- le preguntó colocándose a su lado. Ella parpadeó y le miró.

-Tom, dime una cosa- le señaló algo.- ¿Me lo estoy imaginando o antes aquella armadura estaba junto a la puerta?-

La armadura antigua a la que se refería estaba colocada junto a una de las chimeneas a unos cuantos metros de la puerta donde estaba su pareja. Lo cierto es que Tom no recordaba dónde estaban situadas cuando habían entrado.

-Estaba en la puerta- insistió Nataly.- Justo enfrente de la otra.-

-¿Y cómo ha llegado hasta la chimenea? ¿Se ha movido sola?- En lugar de responderle, desvió la mirada hacia la armadura.

¿De verdad insinuaba algo tan absurdo?

-¡Pues yo no me voy a quedar aquí esperando a que esa cría nos levante el castigo!- anunció Matt, dirigiéndose con decisión a la puerta.- ¡Yo me largo ahora mismo!- Apartó de un manotazo las cortinas y trató de abrirla. Durante varios minutos se peleó con las cerraduras pero todo acabó con un golpe que le propinó a la madera.- ¡Nos ha encerrado! ¡Nos ha encerrado de verdad!-

Todos excepto Tom y Nataly corrieron hacía él.

-¡¿Lo dices en serio?!-

-¡Esa niñata está loca!-

-¡Pues yo no pienso consentirlo! ¡Tengo que salir ya!- exclamó Nate. Bajo la pintura blanquecina de su rostro se apreciaba una tonalidad roja que aumentaba cada vez más.- ¡No puedo estar encerrado! ¡Soy claustrofóbico!-

Jack fue hacía él sin perder la calma.

-Primero, tú no eres claustrofóbico. Y segundo, este salón es como tres veces más grande que tu casa, así que haz el favor de calmarte.-

-Pero algo habrá que hacer- dijo Elsie que empezaba a preocuparse.

Nate volvió a chasquear los dedos y todos se temieron lo peor.

-Yo sé lo que hay que hacer- afirmó. Echó a andar antes de que nadie se cuestionara si debían intentar detenerle y fue derecho hacia la mesita de madera más pequeña que encontró y la levantó. Cuando los demás adivinaron lo que pretendía, ya fue tarde para evitarlo aunque lo intentaron.

-¡No, Nate! ¡Quieto!-

Pero el pequeño vampiro tiró la mesita con todas sus fuerzas contra una de las otras ventanas bajas de la sala. El impacto rompió el cristal pero pasó algo muy extraño. Los pedazos rotos de la ventana que deberían haber salido despedidos hacia el exterior, rebotaron contra algo invisible que los lanzó como flechas letales hacía el interior del salón.

-¡Cuidado!- gritó Jack. Se lanzó al suelo empujando a Nate, que era el que más cerca de la ventana estaba.

Los demás se lanzaron también al suelo cubriéndose la cabeza y no se levantaron hasta varios minutos después. Cuando miraron el estropicio, descubrieron, pasmados, que la ventana volvía a estar intacta y que en el suelo no quedaba el más pequeño rastro de cristal.

-¿Qué está pasando aquí?- preguntó Zonc. Nadie supo responder antes de que Elsie gritara.

-¡Mirad!-

La mesita volvía a estar en su lugar de origen, como si nada hubiese ocurrido.

-Esto no es posible- murmuró Jack. Tuvo que desabrocharse un par de botones del chaleco.

-¡Acabas de verlo ¿No?!- exclamó Matt.

-Tom- Nataly le cogió del brazo y le hizo un gesto con la cabeza.- Mira…-

Se volvió hacia donde le indicaba y entonces, lo vio. La armadura que tan sólo unos instantes antes estaba junto a la chimenea, había vuelto a cambiar de lugar. Se encontraba al otro lado de un tabique que sobresalía en el muro. Al mirarla bien incluso le pareció que había cambiado la posición de la espada. No dejó de notar que parecía estar acercándose a ellos.

Miró a Nataly que seguía cogida a su brazo. El miedo crecía silenciosamente en sus ojos.

Entonces Matt volvió a ir hacia la puerta, pasando demasiado cerca de la armadura.

-¡Matt, quieto!- gritó Tom haciendo callar a todos los demás. El zombie se paró en el acto, confuso.- Apártate de esa cosa.-

-¿De esto?- preguntó Matt alzando la mano en su dirección.

-¡No la toques!- chilló Nataly.

-¿Se puede saber que os pasa a vosotros dos?-

-Esa armadura se mueve- respondió ella.- Ha estado cambiando de lugar todo el rato.-

-Es cierto- dijo Tom.- Yo también lo he visto.-

-¿La habéis visto moverse?-

-Bueno moverse no, pero…-

Elsie se agarró a Zonc que era al que más cerca tenía mientras sacudía su cestita, asustada.

-Esto no me gusta. No me gusta nada.-

Matt observó la armadura con atención aunque ni se acercó, ni intentó tocarla.

-No os enfadéis, colegas. Pero esto lleva sin moverse siglos y siglos.-

En ese momento, casi como si intentara responder, se oyó algo que sonó parecido a un gemido lastimero y que parecía provenir del interior de la armadura. Los dejó a todos helados, casi sin respiración.

-Matt…- le llamó Nataly. Pero éste simplemente agitó la mano en su dirección, sin aportar los ojos de la estatua de metal. La vigilaba de cerca, esperando que algo pasara. Los otros también observaban expectantes imbuidos en el silencio más profundo de todos.

La armadura no hizo nada. Matt pensó que el extraño sonido podía haber salido de cualquier otra parte y que estaban todos muy nerviosos, pero se fijó en la espada que sostenía. La apoyaba sobre la puntera de sus pies metalizados y la sujetaba con una sola mano. Y no supo el qué, pero algo le impulsó a alzar su mano sanguinolenta y cogerla.

-¡Matt pero ¿Qué haces?!- dijo Jack intentando no alzar la voz. Como si aquella cosa oxidada pudiera escucharle. Matt al menos no lo hizo. Agarró la empuñadura y le arrebató la espada con gran facilidad. Y algo de aquel gesto le hizo sonreír.

-¿Te sientes orgulloso, acaso?- preguntó Tom, aún nervioso.- ¡Deja esa cosa en su sitio y apártate de una vez!-

Pero Matt blandió la espada frente a él un par de veces muy despreocupado.

-¡Tom tiene razón! ¡Deja de jugar con eso!- insistió Nataly.

-¡Venga, chicos! ¡No pasa nada! No es más que una vieja armadura que, por supuesto, no se ha movido. ¡Relajaos!-

Pero la armadura protestó ante tales palabras. No hubo dudas esta vez de que ese nuevo sonido que oyeron más potente y desgarrador provenía del interior de ésta. Además, le siguió un lento chirrido que retumbó por toda la habitación. Cuando Matt se volvió hacia la armadura, casi se le cayó la espada al ver que su yelmo ahora apuntaba hacia él.

-¡Devuélvele la espada! ¡Devuélvesela!- le ordenó Jack con urgencia.

Matt dio un respingo y con mucho cuidado, comenzó a acercarle la espada. Esperaba que la misma armadura la cogiera, pero no lo hizo.

-¡Pónsela, tío!-

Matt hizo una mueca de fastidio y apretó los dientes. Intentó encajar la empuñadura en el hueco de la mano de la estatua, pero la mano se había cerrado en un puño, así que la espada cayó al suelo haciendo un ruido horrible.

Del susto, todos retrocedieron un paso excepto Matt.

-¡Apártate de ella! ¡Ya!-

Por una vez Matt pareció dispuesto a obedecer a Tom y comenzó a caminar hacia atrás, pues no pensaba darle la espalda a ese trasto.

Sólo había dado un par de pasos y todos contenían la respiración cuando un nuevo chirrido, mucho más fuerte, les alertó de que la armadura empezaba a moverse. Ante ellos, cobró vida y se giró hacia Matt, quien no pudo apartarse a tiempo y fue capturado. Su afilada mano metálica agarró el brazo del zombie y todos soltaron un grito o una exclamación y se miraron, asustados.

Matt se revolvió intentando soltarse entre gritos de furia, pero fue imposible. Le tenía bien agarrado.

-¡Tíos, ayudadme!- exclamó, desesperado.

Jack se lanzó el primero en ayuda del zombie y Zonc le siguió poco después.

Tom empujó hacia atrás a Nataly, donde Elsie seguía clavada y miró a ambas.

-¡Vosotras dos quedaos ahí!- y tras eso, echó a correr tan rápido que llegó hasta Matt antes que Zonc.

Por desgracia, la armadura no estaba dispuesta a perdonar a su presa, y en cuanto notó la presencia de los otros, agarró con su otra mano a Jack del chaleco y lo levantó en el aire para arrojarlo contra Tom que llegaba corriendo. Derribó a los dos de un solo golpe y volvió a centrarse en Matt.

-¡Tom!- exclamó Nataly echando a correr hacia él. Elsie la siguió de cerca y ambas ayudaron a los chicos que estaban algo aturdidos.

Entre tanto, Zonc y Nate habían llegado hasta Matt y tiraban de él intentando soltarle.

-¡Tíos, me romperéis el brazo!- se quejó éste.

-¿Y qué podemos hacer? ¡No te suelta!- dijo Zonc. Nate en cambio, dejó de tirar.

-Esto no funciona- decidió. Se colocó frente a la armadura y le propinó una patada a la altura de la espinilla, que no pareció notar. Pero siguió, dándole cada vez más fuerte hasta que el monstruo rugió por dentro y con ambas manos tiró al suelo a los tres amigos.

La caída no fue tan fuerte, así que enseguida se pusieron en pie. Por desgracia, la armadura avanzaba hacia ellos, en realidad, hacia Matt.

-¡Pero ¿Qué demonios le pasa conmigo?!- preguntó el susodicho retrocediendo.

-¡Es culpa tuya por haberle quitado su juguete!- le dijo Nate.

-¡Claro, la espada!- exclamó Jack, de nuevo en pie.- ¡Nate! ¡Coge la espada!- le indicó, pues estaba a tan sólo unos metros de él. Nate la miró con cierta reticencia.

-No quiero caerle mal, colega.-

-¡Cógela, maldita sea!- le gritó Elsie.

Semejante grito debió asustarle más que la armadura, pues se lanzó al suelo y la agarró. Nada más hacerlo, la bestia metálica giró el yelmo hacia él, pero eso no le amedrentó.

Alzando el arma, se colocó entra la criatura y sus amigos como si de pronto se sintiera el ser más poderoso de la tierra.

-¡Si te sigues acercando, te rebanaré como a un sándwich recalentado por el sol!- le advirtió con valentía, pero al armadura hizo oídos sordos y siguió adelante.- Eh, tíos… ¿Alguna idea? Esta cosa no responde bien a las amenazas.-

-Pero ¿Qué es?- preguntó Nataly.- ¿Una especie de armadura encantada?-

-Eso es imposible- replicó Jack.- Tiene que haber alguien dentro.-

-¡¿Me estáis ayudando o estáis de cháchara?!- gritó Nate. Intentaba mantener la armadura a una distancia prudente, pero ésta no dejaba de avanzar y él sólo podía retroceder.- ¿Qué tal si alguno me cambia el sitio?-

-Si hay alguien dentro, podríamos intentar hablar con él-propuso Elsie.

-¡¿Hablar?! ¡Casi me arranca un brazo!-

-¡Y tú le quitaste su espada!-

-¡Olvidaos ya de eso!-

-¡Dejaos de charlas y meriendas en el parque!- les interrumpió Nate levantando la espada por encima de su cabeza.- ¡Lo que hay que hacer es machacarlo!- Y dicho eso, se lanzó como un loco contra ella asestándole un fuerte golpe con el canto de la hoja en el pecho.

No consiguió mucho, pero sí la frenó. Jack y Matt fueron en su ayuda y trataron de agarrarla por los brazos. A su favor tenían que las armaduras eran algo lentas en sus movimientos, pero también eran fuertes, así que al moverse para soltarse los arrastró con ella. Tom y Zonc les siguieron y entre los cuatro lograron contenerla el tiempo suficiente como para que Nate le asestara un nuevo golpe, que esta vez descargó sobre su cabeza.

Golpeó el yelmo con tanta fuerza que salió despedido y lo que quedó al descubierto fue sólo aire. No había nada bajo él.

Todos se quedaron boquiabiertos mirando a la armadura que seguía en pie a pesar de haber perdido la cabeza. Nate incluso se quedó clavado con la espada suspendida en el aire.

La armadura aprovechó el desconcierto general para sacarse a los chicos de encima y fue derecha a por Nate, quien bajó la espada al instante.

-Oye… ¡Lo siento! ¿Vale? ¡Nada de esto iba enserio! ¡Lo prometo! ¡Ni siquiera lo del sándwich!- le dijo.

-¡¿Ahora pretendes razonar con ella?!- soltó Elsie, pero el chico ni la oyó. Todo su valor se había esfumado al ver la armadura sin cabeza ir a por él. Todo lo que se le ocurrió fue echar a correr hacia el otro extremo del salón y la armadura le siguió.

Sus cuatro amigos se levantaron y fueron tras ellos aunque ninguno sabía que hacer.

Nataly tenía el corazón en la garganta, incluso dio un brinco cuando Elsie le agarró el brazo.

-¿Qué vamos a hacer?- le preguntó muerta de miedo.

¿Qué podían hacer contra una armadura embrujada?

-Tenemos que encontrar una salida- decidió Nataly.- Es nuestra única esperanza.-

-¡¿Cómo?! ¡¿La puerta sigue cerrada?!- Nataly echó un vistazo a la entrada y la sangre se le congeló en el pecho.

-¿Dónde está la otra armadura?- Elsie se giró con los ojos más espatarrados que nunca por el terror.

La otra armadura también había cobrado vida… ¡¿Dónde se había metido?! Nataly se puso a mirar por todas partes intentando mantener la calma, hasta que oyó algo. Demasiado apagado para identificar de qué se trataba, lo que sí supo era que provenía del interior de la chimenea que tenían frente a sí.

Nataly dio un paso hacia ella aunque Elsie le tiraba del brazo para que no lo hiciera.

El ruido, algo así como un leve golpeteo, se oía cada vez menos, como si se alejara. Hasta que se paró y oyó un golpe mucho más fuerte. Elsie ahogó un grito y se colocó junto a su amiga.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó. Pero Nataly la indicó que callara, algo se movía o se arrastraba, pero ya no lo oía delante de ella.

Y tuvo un mal presentimiento que la hizo volverse de golpe. Justo tras ellas estaba la otra armadura, con su espada en alto preparada para caer sobre ellas.

Las dos chillaron a la vez, lo que hizo que su atacante vacilara y gracias a eso pudieron saltar a un lado un segundo antes de que la espada las cortara por la mitad.

-¡Nataly!- gritó Tom, alertado por sus gritos echó a correr hacia ellas. La armadura también le escuchó y se volvió justo a tiempo para interceptarlo. Tom esquivó la primera estocada, pero la segunda le golpeó en una pierna. No le hirió, pero sí le hizo caer al suelo.

-¡No! ¡Tom!- exclamó Nataly. ¡Tenía que ayudarle! ¡Pero ¿Cómo?! Miró al suelo y se fijó en que la armadura estaba pisando una colorida alfombra con mándalas bordados y se le ocurrió algo.- ¡Elsie, ayúdame! ¡Rápido! ¡Coge ese extremo!- Las dos juntas se agacharon y agarraron la alfombra.- A la de tres, tira con todas tus fuerzas…- la armadura se disponía a darle el golpe final a Tom que seguía en el suelo.- ¡Uno… dos… tres! ¡Tira!-

Caperucita y el hada tiraron con todas sus fuerzas de la tela y aunque la armadura era tremendamente pesada, consiguieron tirarla al suelo.

Del golpe, la armadura se desmembró quedando por un lado su mitad superior; y por otro, la inferior. Era una imagen de lo más escalofriante pues las extremidades de ambas partes se retorcían en el suelo.

Mientras Elsie se hacía con la espada, Nataly corrió junto a Tom y le ayudó a ponerse en pie.

-¿Estás bien?- le preguntó. Tom asintió mirando en dirección a sus amigos. La armadura decapitada había acorralado a Nate que aún sostenía la espada, a pesar de que los demás seguían intentando pararla no eran capaces de lograrlo.

-Esto es una locura- murmuró Elsie. Ahora que sujetaba la espada se la veía más decidida.

-Tenemos que salir de aquí- dijo Tom. Miró a la armadura del suelo que seguía luchando.- ¡Estas cosas no se cansan nunca!-

Nataly se topó con las escaleras.

-¡Podemos usar la puerta de arriba!-

-¡Eso es!- asintió Tom. Se giró hacia los otros.- ¡Chicos! ¡La puerta!- Jack le miró y Tom le señaló la planta de arriba.

-¡Tenemos que sacar a Nate de ahí!- gritó Jack.

Tom intentó acercarse pero Nataly se lo impidió porque aún cojeaba. Por suerte, no fue necesaria su ayuda pues en ese momento, Elsie salió corriendo hacia ellos con la espada como si fuera un estandarte. Cuando llegó hasta la armadura Zonc se apartó justo a tiempo antes de que Elsie descargara su primer golpe.

-¡Venga, vámonos!- gritó Nataly. Ella y Tom estaban ya en la mitad de la escalera. Zonc y Matt corrieron hacia la escalera, pero Jack se quedó junto a Elsie y Nate, quienes no dejaban de golpear a la armadura, y que aún así, seguía en pie.

-¡Pero ¿Por qué no se muere?!- preguntó Nate que ya estaba agotado.- ¡Estoy a punto de tirarme al suelo y pedirle clemencia!-

Elsie también se daba cuenta de lo inútil que parecía lo que hacía, así que pensó en cambiar la táctica.

-¡Golpéale en la pierna derecha conmigo!- le dijo ella.

Los dos alzaron sus espadas y golpearon a la vez la parte baja de la pierna con tanta fuerza que ésta salió volando y cayó en un rincón. Al quedarse sobre un solo soporte, Jack aprovechó para darle un empujón y tirarla al suelo.

-¡Vámonos! ¡Vámonos!- exclamó tras eso y los tres salieron corriendo hacia las escaleras.- ¡Pero ¿Qué hacéis?! ¡Soltad ya esas espadas!-

Pero Nate no sólo no la soltó, sino que se abrazó a ella sin dejar de correr.

-¡Ni de broma! ¡Yo esto me lo llevo!-

Empezaron a subir las escaleras a toda prisa, mientras que en la planta de arriba Nataly y Matt habían conseguido abrir la puerta por la que había desaparecido la bruja. Al otro lado, sólo había oscuridad.

-No sé si deberíamos entrar ahí…- murmuró Nataly. Matt sacó su móvil para iluminar el camino, pero lo único que vieron fueron unas escaleras que ascendían.

-¿Qué prefieres, Nataly?- le preguntó.

¿Una escalera en la oscuridad que a saber dónde llevaba o un nuevo enfrentamiento contra las armaduras asesinas? Las cuales, por cierto, ya se habían repuesto y seguían sus pasos hacía las escaleras.

-¡Ya estamos aquí!- exclamó Nate apareciendo junto a Elsie y Jack.

Todos sabían que estaban contra la espada y la pared, que en este caso era entre la escalera misteriosa y la armadura. No había otra salida que no fuera aquella puerta, así que no dudaron en precipitarse a su interior.

Jack, que fue el último en entrar se aseguró de cerrar la puerta. El silencio y la oscuridad eran impenetrables pero todos suspiraron aliviados al sentirse aparentemente a salvo.

Poco a poco, todos fueron sacando sus móviles.

-¿Por qué a ninguno se nos ha ocurrido llamar y pedir ayuda?- preguntó Tom un tanto sorprendido.

-Parece que da igual- comentó Jack.- No tengo cobertura y me apuesto lo que queráis que vosotros tampoco ¿verdad?-

Y Jack acertó. Ninguno tenía cobertura pero los mantuvieron encendidos para iluminar lo que tenían a su alrededor. Aunque realmente no había nada excepto la escalera.

-Bueno… ¿Y ahora?- preguntó Elsie apoyada en su nueva espada.

-Pues habrá que subir- propuso Jack plantando el pie en el primer peldaño. Matt se encogió de hombros.

-No podemos hacer otra cosa- murmuró siguiéndole.

-Esto sigue sin gustarme un pelo…- comentó Elsie yendo tras ellos. Nate y Zonc les siguieron también.

-¿Estás bien?- le preguntó Nataly a Tom.- Tu pierna, quiero decir.-

-Estoy bien- le aseguró con una sonrisa. Aunque entre la leve cojera y su disfraz de caballero parecía recién salido de la guerra.

-Viniste a salvarme- apuntó Nataly sonriendo también.

-Sí, aunque fuiste tú la que me salvó a mí-

Ella se encogió de hombros dirigiéndose hacia las escaleras.

-Aún así me gustó.-

Nos vemos, pronto.^^

6 comentarios:

  1. Qué mal lo han pasado!!!!
    No sabía yo que las armaduras las gastaran así, tienen muy malas pulgas, jiji.
    La señorita también tiene su gracia, mira que dejarlos solos por la casa... y claro los móviles no funcionan, siempre pasa lo mismo cuándo los necesitas. Hasta la próxima.

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    1. Jajaja, claro que lo han pasado mal!! A quien se le ocurre decirle a una niña con tan mala pinta que no piensan cantarle?? Si es que... Mmm... precisamente solos no los ha dejado, pero ya se verá!
      Nos vemos en el siguiente capitulo!^^

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  2. hay que ver lo mal que lo estan pasas, y lo que les quedara...haver como se las apañan para salir de hay.
    menuda bruja la niña esta con apellido de magdalena.
    veremos que pasa en la próxima entrega.
    chaoo

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    1. Los apellidos engañan eh?
      Claro, si es que en una casa como esa, que ya se veía a la legua lo que iba a ser, que se pensaban que iba a pasar??
      Nos vemos en el siguiente capitulo!!^^

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  3. Hola!!!
    En este capítulo he sufrido mucho...estaba viendo que a uno de los chicos de Reward le cortaban o un brazo, o una pierna...ay!
    ¿¿¿Cómo te las apañas para darle vida a las armaduras??? En serio, estaba igual de asustada yo que los chicos y Nataly y Elsie, que por cierto, esa fotógrafa cada vez me cae mejor, menudo carácter tiene.
    Pero empezaré por el principio...
    Madeleine Cupcake da mucho miedo... ¿A quién se le ocurre decirle que no a esa brujilla? Por favor, apuesto a que si llegan a saber que los iban a meter en un pasadizo del terror como ése, hubieran cantado para ella sin rechistar! Mira que son orgullosos...estos Reward, han sufrido la primera ira de una fan, deberán seguir acostumbrándose jajaja.
    Respecto a Nataly y Tom...se nota que hay mucho feeling entre ellos, y son super monos!!! Cuando le hacen daño a él...y ella tan preocupada *--*
    Por cierto, no he parado de reír con los comentarios de Nate, además, él ha sido inteligente, se ha llevado la espada que seguro que le hará falta en el próximo capítulo...ay, no me quiero ni imaginar lo que les espera en la siguiente parte, jajaja.
    Y la armadura asesina que la tomó con Matt...bueno, fue él el que le quitó su espada, pero después no le soltaba, pobre! XD
    Yo que ellos le hacía el concierto a la brujilla ya, pero ya, ya, antes de que alguno salga herido o mucho peor! T_T
    Me ha gustado mucho, sigue así, me gustan estos toques de terror a tus historias, de verdad^^ Un saludo, nos vemos en el próximo capítulo!

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    1. ¡Hola de nuevo!
      Cortarles un brazo o una pierna?? Uy, uy, uy... ahora que por fin esta arrancando su popularidad?? pobres! jajaja, no... si estos chicos al final se las ingenian para salir siempre bien parados de todos los lios.
      Lo de las armaduras... no se, de pronto se levantaron y echaron a andar, será cosa de Halloween, Jajaja.
      La verdad es que sí, no han empezado todavía a ser nadie, y ya van por ahí rechazando conciertos privados, me parece que se les esta subiendo un poco la fama a la cabeza, aunque yo creo que después de esto se lo pensaran un poco antes de ir tan de guays por ahí, sobretodo con niñas con esa pinta...
      Nataly y Tom... en fin! No diré más, sigue leyendo, jajaja.
      La verdad es que Nate es genial, es el más gracioso, tiene unas salidas, parece que todo le da igual, pero mira como se ha llevado la espada. La verdad es que para ser el más joven, sí, a veces es el que más luces tiene, jaja. Aunque en sus manos, esa espada puede pasar a ser un arma muy peligrosa y no sólo para lo que se vayan encontrando por la casa.
      Moraleja de todo esto: ni le digas que no a una bruja ni le quites sus cosas a una armadura que parece que se mueve.
      Me alegro de que te este gustando!^^
      Nos vemos pronto!!! Bye

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