martes, 22 de octubre de 2013

Noches de Feria 2


¡Hola buscadores!

Se acerca halloween y por fin está llegando el fresquito. Mi estación favorita del año es el otoño ¿Y la vuestra? Hoy vengo para traeros la segunda parte de Noches de Feria.

En la primera ya vimos a los chicos de Reward acudiendo a su trabajo en el parque de atracciones bien tempranito y a su simpático jefe, pero ya ha llegado la noche y el parque ha despertado. ¿Queréis saber qué les ocurrirá? Pues empezad a leer:

2

La chica deambulaba por el parque igual que un niño andaría por un mundo de gigantes. Ni se fijaba en nada, ni nadie se fijaba en ella. La noche había caído, pero el parque parecía más vivo que nunca, no como ella.

A los ruidos de las atracciones y a las voces intrusivas de la gente se acostumbró enseguida. Pero las intensísimas luces que desprendían los carteles luminosos o la que emergía de las farolas y los focos, seguían molestándole en los ojos. Y eso cuando hacía un rato que caminaba sin despegarlos de sus pies.

No era culpa de la luz, en realidad. Los ojos le dolían por otro motivo. Los tenía irritados de no llorar. Aunque pareciera extraño, llevaba horas sosteniendo las lágrimas y los ojos le ardían pidiendo que los aliviara. Y no era la única consecuencia negativa de reprimir el llanto.

Desde esa mañana, el deseo de llorar se le había ido acumulando, poco a poco, en el pecho. Era como si las mismas lágrimas se hubieran filtrado hasta el hueco donde descansaba su corazón. Ahora se sentía llena; llena de un dolor que iba a rebosar. De hecho, la sensación exacta era la de estar a punto de estallar. Se notaba pesada y cada rincón de su cuerpo soportaba una incómoda tensión.

No sabía cuánto tiempo había estado caminando, pero llegó un momento en que necesitó detenerse para coger aire. El corazón le había dado un vuelco de pronto dejándola sin respiración y tuvo que parar de andar cuando la vista se le nubló.

Aunque sus ojos se recuperaron al instante, el ritmo de su respiración tardó un poco más. Y mientras esperaba a que eso pasara, se dedicó a observar la marabunta de desconocidos que pasaban junto a ella sin verla, igual que si estuvieran en un universo distinto al suyo.

Se había detenido en el centro de un pasillo flanqueado por puestos de juegos, a la altura de un stand que atrajo su atención porque tenía unos focos de luz que se reflejaban en la blancura de las paredes de plástico que lo sostenía. Al principio incluso la cegó, pero después se fijó en los miles de peluches que colgaban por doquier, tanto en el interior como en el exterior. Vio perritos, gatitos, pingüinos... cualquier ser del reino animal que pudieras desear. En la pared del fondo había una dianas dispuestas en fila con recipientes bajo ellas que recogían el agua de las pistolas, las cuales descansaban sobre un inmenso mostrador, a una distancia que en principio no parecía muy difícil de salvar. Aún así, el puesto estaba vacío.

Quizás por eso los encargados de éste parecían tan aburridos. Uno de ellos estaba sentado de lado sobre el mostrador, completamente abstraído tocando una guitarra, aunque con el barullo que había a su alrededor (junto con el estridente hilo musical del propio puesto) no fue capaz de oírle. La otra encargada, una rubia altísima con un piercing en la nariz y otro en la ceja sonreía a su compañero de un modo tan insinuante que hasta ella, a pesar del mal estado de sus ojos, se dio cuenta de lo que pretendía. Aunque era obvio que el chico no.

De pronto, sintió una nueva palpitación en el pecho, que además vino acompañada de una repentina debilidad que recorrió todo su cuerpo en cuestión de unos segundos.

Se llevó una mano a la cabeza temiendo caerse. ¿Cuánto hacia que no comía? Durante la comida con sus padres se le había cerrado el estomago y ya no había sido capaz de tragar nada. Desde entonces habían pasado varias horas... podía ser el motivo de que se encontrara tan mal.

Al menos quiso pensar eso para evitar el pánico.

 

Σ                                                                    Σ                                                        Σ

 

Por más que intentaba mantener la concentración, Tom no lo conseguía. Había demasiadas cosas a su alrededor que se entrometían en su cabeza: a parte de las distracciones evidentes del parque que más o menos podía ignorar; las miradas sinuosas de Viki se le clavaban en los hombros como si transportara un peso que le obligaba a encorvarse cada vez más.

Seguía rasgando las cuerdas de la guitarra, aunque hacía ya un rato que no tocaba nada en concreto, pero le servía para no tener que levantar la mirada hacia ella.

El interés de Viki por él había sido algo evidente desde el principio, aunque nunca había intentado nada, aparte de las miradas y las sonrisas arrolladoras. Eso hacía imposible que Tom pudiera rechazarla de un modo claro, aunque intentaba dárselo a entender. No es que Viki no fuera atractiva ¡Claro que lo era! Pero tenía algo que no... En realidad, era justo lo contrario, había algo que no tenía. Tom no sabía qué era ese algo, pero estaba convencido de que de haberlo tenido, él lo habría reconocido.

Por desgracia, trabajaban juntos cada noche así que era una situación complicada, como aquella. ¿Dónde se habían metido los clientes? Así se mantendría ocupado.

Por el rabillo del ojo vislumbró una figura que se acercaba al puesto. ¡Tenía que atraparlo como fuera! Sin soltar la guitarra se giró hacia el futuro cliente con una amplia sonrisa que... se le congeló en los labios al toparse con la huraña mirada de Mr. Bossy.

-¡¿Cuántas veces te he dicho a ti y a tus amiguitos que nada de guitarras ni cancioncitas mientras estáis trabajando?!-

Tom tuvo que hacer un soberano esfuerzo por recomponer su sonrisa.

-¡Hola, Mr. Bossy!- saludó como si se alegrara de verle, cuando en realidad se lamentó al descubrir que el jefe estaba cumpliendo la amenaza de mantenerlos vigilados.

-¡No me vengas con "hola, Mr. Bossy"!- le ladró como respuesta. Su expresión era furiosa, pero en la escala <<Furious-Bossy>> que sus amigos y él habían creado a partir de los distintos grados de enfado que su jefe podía alcanzar, no parecía de las peores y eso le tranquilizó.- La noche acaba de empezar ¡¿Y ya estás intentando escaquearte?!-

-¡Por dios, Mr. Bossy! ¡Nada más lejos de mi intención!- aseguró con toda la sinceridad de la que fue capaz. Miró a todas partes en busca de una explicación que ofrecerle que no fuera la más evidente, pero no tuvo suerte.- Es que nadie se acerca al puesto, Mr.-

-¡Tu trabajo también consiste en atraer nuevos clientes!- le recordó señalándole con uno de sus dedazos, para darle mayor énfasis.- ¡Deja de poner tantas excusas o yo te pondré a ti de patitas en la calle! ¡¿Está claro?! ¡Cuando trabajas en el puesto, no eres músico! ¡¡Eres vendedor!! ¡¡Que se te meta en la cabeza de una vez!!- escupió esas palabras, junto a algo de saliva, con tal violencia que incluso tiró al suelo un par de peluches. Así que Tom tuvo que asentir con la cabeza para no acabar como los juguetes. El gesto sirvió para aplacar la ira de Bossy, que inútilmente se pasó las manos por el pelo queriendo aplastarlo.- Bien. Ahora iré a vigilar a tus compinches...- << ¿Compinches? >> pensó Tom consiguiendo no hacer una mueca.- Pero volveré-

Se dio la vuelta y se perdió entre la gente que, a pesar de no conocerle, fueron lo bastante prudentes como para apartarse de su camino en cuanto le veían acercarse. Después de haber soltado tantos gritos, nadie querría probar suerte en ese puesto.

Tom soltó un resoplido y pensó en sus cuatro amigos... ojala que todos estuvieran haciendo su trabajo. No le deseaba a ninguno una bronca como aquella. En su mente oía las palabras de Bossy como si aún se las estuviera gritando: << ¡Cuando trabajas en el puesto, no eres músico! ¡¡Eres vendedor!! ¡¡Que se te meta en la cabeza de una vez!! >>

¡Él siempre era músico! En cualquier momento, en cualquier situación. Empezaba a convencerse de que no valía la pena soportar ese trabajo, aunque sólo fuera algo temporal hasta que pudiera vivir de la música.

Al levantar la cabeza se cruzó con la mirada de Viki que le mostró exactamente la misma sonrisa de hacía unos minutos. << ¿En serio? >> Se preguntó Tom. ¿A caso no había oído la bronca que acababa de caerle encima? ¿O es que no pensaba en otra cosa?

Una nueva figura se acercó al puesto y Tom prefirió concentrarse en el trabajo para no empeorar la situación.

Se trataba de una chica y con echarle un sólo vistazo, supo que le ocurría algo. Caminaba muy despacio, parecía temerosa de caerse, de hecho antes de llegar al puesto alargó la mano para sostenerse. Después se apoyó sobre la pared y echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos. Respiraba muy rápido, pero aún así, sus manos temblorosas desabrocharon los botones de su chaqueta a la altura del pecho como si no le llegara el suficiente aire.

Tom frunció el ceño dejando a un lado su guitarra. Esa chica no estaba bien; así que se acercó al borde del mostrador donde ella estaba y se estiró sobre éste, en su dirección.

-Oye ¿Estás bien?- le preguntó, pero ella ni se inmutó. Probablemente no le había oído.- Holaaa... ¡Ey, chica! ¿Estás bien?-

La chica abrió los ojos de golpe, miró a su alrededor y después, con gran lentitud, giró la cabeza hacia él. Su ceño fruncido se borró cuando aquella chica le miró. Tenía dos enormes ojos castaños, abiertos de par en par y aunque era imposible, a Tom le pareció que ese castaño era exacto al de sus ojos, aunque los de ella estaban ensombrecidos por una angustia acuciante.

Se quedó callada un instante y después se llevó una mano al pecho, rompiendo el contacto visual.

-Sí, estoy bien- contestó.

De su muñeca derecha colgaba un bolsito que se tambaleó cuando empezó a andar de nuevo, sin dejar de apoyarse en las pistolas que se iba encontrando.

Tom tardó un par de segundos en reaccionar, pero se lanzó tras ella.

-¿Estás segura de que estás bien?- Ella asintió sin mirarle, muy concentrada en seguir caminando.- Es que parece que te encuentres mal...- La chica continuó adelante y Tom la siguió, pensando un modo de pararla que no fuera extraño.- ¡Oye! ¿No te apetece probar un disparo?-

La pregunta la detuvo y volvió a mirarle, bastante confusa. También miró la pistola que tenía delante.

-No tengo muy buena puntería...-

-¡Vamos! ¡Es divertido!- insistió él.- ¡Te invito a la primera tirada!-

No estaba muy seguro de por qué, pero no quería que esa chica se fuera. Parecía estar a punto de desmayarse o algo peor, y no vio a nadie con ella que pudiera ayudarla si eso pasaba.

-¡Venga! ¡Inténtalo!- Quizás por lo débil que estaba, la chica acabó aceptando. Se colocó ante la pistola y Tom, sonriente, fue en busca del mecanismo que la ponía en marcha. Pero entonces, Viki le salió al paso.

-¿Qué estás haciendo?- le espetó, con sus delgados brazos tatuados en jarra.- ¡Si Bossy se entera de que dejas a chicas jugar gratis...!-

Lo último que le apetecía en ese momento era una discusión con su querida compañera, así que intentó tomarse aquel reproche con humor.

-¡No es para tanto, Viki! Además, hasta Bossy estaría de acuerdo en que, de vez en cuando, es bueno para el negocio invitar a alguna chica guapa.-

Viki le miró sorprendida y hasta un poco confundida.

-¿A ti te parece guapa?-

Tom pulsó el botón y en lugar de responder a esa absurda pregunta, regresó junto a la chica.

Más que sujetarla, parecía que era la pistola la que la sostenía a ella.

-Apunta a la diana y mantén el chorro lo más cerca que puedas del centro.- le explicó.

A la pobre le costó horrores simplemente levantar la parte delantera del arma y apuntar hacia la marca, pero cuando el chorro salió del cañón, perdió el control del todo y estuvo a punto de resbalarse y caer al suelo. Tom no sabía si era realmente un problema de puntería o de fuerza en los brazos. Y no intentó descubrirlo porque se distrajo observándola.

Su aspecto era algo extraño. Dejando de lado la visible debilidad que mostraba, el vestido que llevaba era demasiado elegante como para una visita al parque de atracciones. De tela blanca y ligeros tirantes, caía con suavidad y soltura a partir de una tira de seda que hacía de cinturón justo bajo el pecho. A penas le rozaba los muslos por encima de las rodillas. Llevaba también unas sandalias blancas que se le habían ensuciado con el polvo del suelo.

El pelo que le caía por la espalda, se retorcía en bucles que estaban desapareciendo, en un color castaño rojizo que le recordó a las últimas brasas de una hoguera casi extinguida. Su piel era tersa, pero había palidecido a causa del malestar.

Sí que era guapa, decidió Tom. No era una belleza evidente y deslumbrante como las que hay por ahí pero la delicadeza de sus rasgos y esos enormes ojos... incluso por encima de los signos de enfermedad, tenía un encanto que era difícil de describir simplemente con palabras.

El chorro de agua se apagó y la pistola se le escapó de las manos una vez más. Alzó la mirada hacia él y Tom se giró para comprobar lo que había conseguido.

-Vaya...- se le escapó-... tenías razón con eso de la puntería.- Lo dijo en broma, por eso cuando se giró hacia ella de nuevo, se quedó de piedra al ver que los ojazos marrones estaban inundados por lagrimas, aún más grandes. Un ligero espasmo se apoderó de la chica que corrió a taparse el rostro con las manos. Tom dio un respingo, sorprendido y también avergonzado.- ¡Oye! ¡Lo siento! No lo decía...- Estaba tan impresionado que no sabía ni como disculparse. Así que miró a todas partes, desesperado y sus ojos se cruzaron en la trayectoria de un osito de peluche que colgaba cerca de su cabeza y que atrapó entre sus manos.- ¡Te lo regalo de todos modos! ¿Vale? Pero, por favor, deja de llorar. No soporto ver a las chicas llorar...-

Los ojos de la chica, enrojecidos y aún brillantes, asomaron entre los huecos de sus dedos.

-Lo siento, yo... - se los secó como pudo con la manga de la chaqueta y respiró hondo.- Tengo que irme ya.-

Se dio la vuelta y empezó a alejarse, deslizándose entre los espacios de la gente como una pequeña mariposa que podían aplastar en cualquier momento. Al verla desaparecer de ese modo, sintió algo, como una punzada, en lo más hondo de su cuerpo.

-¡Eh, espera!- le gritó. La chica se paró y él agarró la guitarra justo antes de saltar por encima del mostrador. Oyó como Viki le gritaba algo, pero no le hizo caso. Corrió hacia la chica que le esperaba con el ceño fruncido.

Cuando la alcanzó, se dio cuenta de que no sabía qué decirla, y lo único que pudo hacer fue tenderle el oso de nuevo. Ella lo miró, cada vez más confusa, pero acabó aceptando el regalo.

-Gracias- murmuró.

-¿Qué es lo que te ha ocurrido? ¿Necesitas ayuda?- Ella negó con la cabeza, clavando la mirada en el suelo.- No es posible que te hayas disgustado tanto por lo de las pistolas. ¡Casi nadie gana a esto! ¿Por qué crees que tenemos tantos peluches?-

-No... No ha sido por eso-

-Entonces ¿Qué te ocurre?-

Su mirada seguía perdida, parecía estar buscando las palabras pero sin hallarlas. Y de seguro, eso debía resultar muy frustrante porque en sus ojos apareció una nueva amenaza de lágrimas. Respiró hondo y por fin, alzó su mirada.

-No puedo... no sé...- balbuceó con una ligera histeria.- Me han pasado demasiadas cosas y no sabía qué hacer. Ni siquiera sé porque he venido aquí. Yo...- Apretó los labios un instante y Tom pensó que estaba a punto de echar a correr.-... no hay nadie con quien pueda hablar.-

Había una profunda desolación en esas palabras, una desesperación desgarradora que pedía auxilio en una simple mirada.

-Puedes hablar conmigo-

Las palabras se abrieron paso desde lo más hondo de su interior, sin que las considerara si quiera, pero una vez dichas, Tom se sintió plenamente convencido de ellas.

-¿Qué?-

La seguridad se extendió por el resto de su cuerpo y su mente y Tom dio un paso hacia ella.

-Habla conmigo si lo necesitas- repitió. Algo le impulsó a alzar la mano y a rozarle el rostro. Le pasó un dedo bajo los ojos, allí donde quedaban restos de lagrimas y le sonrió.- Vamos a otro sitio y hablemos.-

La chica se quedó sin habla por la sorpresa y con razón. ¿Cómo se le había ocurrido hacer eso? Preguntó una vocecilla de su cabeza, pero él siguió sonriendo sin darle importancia. Sólo esperaba no haberla asustado.

-Pero...- la chica habló, saliendo por fin de su aturdimiento.-... tú estás trabajando ¿No tendrás problemas si te marchas sin más?-

-Ahm...- ¡Pues claro que tendría problemas! Como a Bossy se le ocurriera pasar por allí otra vez y no le viera trabajando, no habría forma de librarse del despido. Claro que había dicho que iría a vigilar a los demás... si hacía una ronda completa de verdad, tenía tiempo de sobra antes de que Bossy asomara su fea cara por allí de nuevo.- ¡No te preocupes! Lo tengo todo bajo control.-
 
No os olvidéis de comentar que os ha parecido esta segunda parte, los nuevos personajes o cualquier cosa que se os ocurra que yo enseguida os responderé.
¿Real o ficticia?
Nos vemos pronto, buscadores. ^^
 
 
 
 

7 comentarios:

  1. Muy buenas a tod@s!!! Me está gustando mucho esta historia. A la chica está claro que le pasa algo muy gordo, no?? Será algo que le han contado?? Ahí tengo mis dudas, lo que tengo claro es que esta vez Tom vuelve a ser el protagonista. Y esa tal Viki.... será la típica pesada que no le deja en paz??
    Como veras tengo muchas preguntas, jiji.... pero es que esta historia me está enganchando.
    Espero ansiosa la próxima entrega, no tardes muchooooo!!!!
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Rudimara!
      Me encantan tus comentarios y me encanta responder preguntas así que no te preocupes y haz todas las que quieras.
      Veamos, en cuanto a la chica... bueno esta claro que no ha ido a ese parque de fiesta, aunque por la ropa lo parezca. Si que le han pasado cosas, y será ella la que las vaya desvelando poco a poco.
      Sobre Tom... weno, weno, esta historia es bastante más larga que la otra y esto es solo el principio, así que aún es pronto para dar por hecho que él será nuestro protagonista, pero ahí está él, el primero como siempre en aparecer, jajaja.
      Jajaja, Vicky es... Vicky ya la iréis conociendo.
      La próxima entrega esta próxima, así que no te preocupes y se te pasas hoy por el blog descubrirás muchas novedades.
      Nos vemos pronto y gracias por comentar.
      Byee ^^

      Eliminar
  2. buenasss a mi tambien me gusta, pobre chica que le pasa?
    y ese jefe por dios que energumeno. Tom va ser el prota otra vez? aunque a mi no me importa me cae genial.
    No tengo claro si es ficticia o real, me espero un poco mas.
    hasta la proxima entrega.
    chaitooo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola!^^
      Me alegra verte otra vez por aquí :)
      ¿Cómo que qué le pasa a la chica? No querrás que te desvele el gran secreto en un comentario, jajaja. Al final se acabara sabiendo así que sólo tienes que tener paciencia y seguir leyendo en cuanto te informe de alguna actualización (y comentar, claro).
      Energumeno?? Noooo si Bossy es hasta majo, le tienes que pillar el punto, eso es todo. Jajaja.
      Mmmm, todas dais por hecho que Tom va a ser el prota solo porque sale el primero, pero queda mucha historia por delante, así que....
      Bueno, como he dicho falta mucho así que puedes pensártelo sin problemas y darme tu veredicto más adelante.
      Hasta la próxima!^^

      Eliminar
  3. Buenas!!!^^
    Qué ganas tenía de leer ya! Siento no pasarme mucho entre semana pero es por los estudios -.- !!
    Me ha encantado esta segunda parte, no podía parar de leer y cuando estaba llegando al final sabía que dejarías lo que le pasaba a la chica para el próximo capítulo!! Arg! Me has dejado con mucha intriga...espero que no tardes mucho en subir la siguiente parte!
    Pero bueno, comenzaré por el principio xD
    Esa chica...tan misteriosa...me ha hecho pensar que la historia es ficticia! Además con todo esto de que ya mismo es Halloween...nose, nose xDD Presiento algo...por ahora mi voto es para ficticia jajaja!
    Y Tom, ay Tom! Siempre tan encantador como siempre! He leído los comentarios de que no debemos dar por sentado que será el protagonista...y la verdad es que me gustaría conocer más a los otros miembros de Reward! Aún así te digo que amo a Tom, por favor, que monísimo con el peluche y la chica! Está dispuesto a abandonar su puesto de trabajo por ella...es adorable!
    Y hay algo que no dejar de repetirse en mi cabeza...eso de que tienen los mismos ojos...ay, no para de dar vueltas en mi mente!!
    Por cierto, me ha encantado la entrada triunfal de Mr.Bossy, muy suya jajaja! Respecto a Vicky..me parece que esa chica algo obsesionada con Tom, espero que no se ponga más pesada de la cuenta, que aquí hay cola para el chico ¬¬
    Ni que decir tiene que Tom podría haberse mordido la lengua...anda que decirle a la chica que tenía mala puntería!! jajaja, me ha matado!
    Bueno, voy a echarle un vistazo a las entradas que has colgado de Halloween...es mi fiesta favorita y ya estoy deseando de que llegue para disfrazarme! Nos vemos, un saludo!:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola!!^^
      ¿Qué pides perdón por lo largo del comentario? Con lo que a mí me gustan los comentarios largos con opiniones y preguntas, del todo. Además que cuando yo paso por Red Hill no me corto un pelo tampoco, jajaja.
      Tu no te preocupes por lo de pasarte o no, si aquí se queda todo esperando a que la gente entre y lo lea cuando mejor le venga :)
      En cuanto la intriga, tendrá solución dentro de muy poco, así que tu tranquila!
      Veo que has cambiado tu voto de real a ficticia...mmm, interesante, jaja. La verdad es que yo me refiero a la chica como misteriosa sobretodo porque aún no ha aparecido su nombre, jaja, pero tu planteamiento me parece interesante.
      Yo no voy a desvelar nada sobre protas o no protas aún... pero ya dije que en esta historia aparecerán mucho más el resto de miembros de Reward, así que podréis ir elegiendo favorito que es lo que se suele hacer con los cantantes de los grupos de chicos ¿no? jajaja Los demás lo tienen difícil después de que hayamos conocido a Tom y su lado más encantador, pero bueno...
      Bossy y Vicky seguirán apareciendo en la historia así que tampoco diré mucho de ellos, por ahora, juju.
      Halloween también es mi fiesta favorita!!^^ por eso quería escribir algo especial para el día, el problema es que se me ocurrió hacerlo cuando ya quedaban muy pocos días y voy muy pillada por el tiempo. ¿te vas a disfrazar? ¡Qué guay!
      En fin, nos vemos en la siguiente cita en el feria.
      Bye

      Eliminar
  4. Vale...pido perdón por el cacho de comentario, por cierto XDDD No me había dado cuenta de que me había pasado tanto jajaja!

    ResponderEliminar