¡Buenas buscadores!
¿Cómo ha ido la semana? Estamos a las puertas del fin de semana y hemos
llegado a la entrada número 13 de Noches de Feria. No sé vosotros, pero
yo antes no me creía que este número diera mala suerte pero, ahora sí que lo
creo. Sobre todo si cae en Viernes 13. Hoy sólo es un
aburrido jueves pero aún así tened cuidadito cuando leáis esta nueva parte de
la historia porque lo mismo ¡¡¡Os explota el ordenador!!! Pero aún así, no
dejéis de escribirme un comentario ¿Eh? Que una cosa no quita la otra.
Aquí os lo dejo ^^
Espero leer vuestras opiniones, buscadores.
Y hasta la próxima:
En lugar de protestar y asegurar que estaba lo
bastante recuperada como para acompañarle, Nataly obedeció dócilmente. Tenía
demasiadas cosas en la cabeza. Todo lo que había descubierto gracias a esa
conversación era como una ventana semi abierta a una nueva e increíble vista
que no conocía y que quería seguir observando. Si no se daba prisa en colocar
algo en medio, un desafortunado golpe de viento podría volver a cerrarla. Lo
que la abriría del todo sería seguir el consejo de Matt, y tenía que hacerlo de
inmediato. Así que, buscó en su bolsito el móvil, pensaba llamar a sus padres
ahora mismo. Pero al intentarlo, descubrió que no tenía cobertura.
<<Debe ser este sitio… puede que los techos
y la estructura sean de metal>> pensó mirando hacia arriba. Sus ojos se
perdieron entre los vapores, intentando vislumbrar la puerta. Sin saber por qué
deseó que Matt regresara de una vez o que al menos, encendiera las luces.
No es que le diera miedo ese sitio… aunque le
inquietó un sonido que se oyó por encima del constante y cansino zumbido de los
calderos. No supo que fue, pero su mirada volvió como una flecha a las puertas
colgantes y se fijó en que éstas se balanceaban con suavidad sobre el suelo.
¿Había entrado alguien? El ambiente era caluroso y
seco, ni una brizna de viento recorría lo suficiente el túnel como para
haberlas movido.
-¿Matt?- llamó Nataly -¿Has vuelto?- Una pregunta
absurda ya que las luces seguían apagadas y también porque, con lo alto que
era, le habría visto sin problemas por encima del humo.-¿Hay alguien ahí?-
Se puso en pie sobre el vagón y trató de ver algo
más, pero fue tan inútil como buscar estrellas en un cielo encapotado. Nadie
respondió tampoco, así que debía seguir sola. Pero entonces ¿Qué había movido
las puertas?
No le gustaba jugar a interpretar sombras, por lo
que salió del tren dispuesta a comprobar lo que era.
El humo también le impedía ver el suelo, y le
costó bajarse por miedo a que el pie se le quedara atascado en uno de esos
calderos. Con la suerte que tenía, tendría que volver descalza a casa.
Se apartó de los raíles, moviendo las manos
delante de su cara en un intento de disipar la niebla y avanzó con cuidado
hacia las puertas que ya se habían detenido. Quizás le había parecido que se
movían pero no había sido así.
Cuando estaba a punto de volver al tren pensó que
lo mejor sería ir a buscar a Matt, así no tendría que volver a por ella, pero
entonces oyó otra cosa. Otro zumbido que al principio sonó débil como un
ronroneo y fue ganando intensidad con rapidez.
Nataly se giró pues provenía del tren y al mirarlo
bien comprobó que temblaba.
Unos pasos apresurados desde el otro lado de las
puertas la distrajeron en el instante en que el tren volvió a ponerse en marcha
con un lastimero chirrido. Y Nataly se encontraba tan cerca que cuando la
maquina pasó por su lado la empujó en un costado. No demasiado fuerte, pero lo
bastante como para hacerla perder el equilibrio, ya que no estaba atenta.
Nataly soltó un grito por la sorpresa y cayó. Le
dio tiempo a cerrar los ojos imaginando el impacto sobre el suelo pero fue
mucho peor. Su espalda chocó contra un borde y se dobló hacia atrás,
aterrizando sobre algo blando al principio, como una cama elástica, hasta que
se hundió más y más mojándose la espalda y parte de las piernas. Al abrir los
ojos lo vio todo borroso… y verde.
-Oh no…- murmuró asqueada. Sus manos tocaron el
fondo de ese gelatinoso barreño, que no le hizo falta ver para saber lo que
contenía.
Los pasos llegaron y se detuvieron frente a ella.
-Nataly ya funcio…- la voz de Matt se cortó y
cuando ella levantó la vista se topó con una mirada azul de incredulidad que no
duró apenas nada antes de que su dueño estallara en carcajadas.
Nataly suspiró con una mueca de derrota. Ni
siquiera intentó salir del moco verde, en realidad, lo que quería era hundirse
del todo en él y no volver a salir.
Nunca.
Σ Σ Σ
<<Hola
mamá.
Siento
haberos preocupado y no responder al teléfono cuando me llamabais. También
siento haberos dejado colgados esta mañana y el modo en que me he puesto con el
asunto de los papeles. Sé que lo hicisteis con vuestra mejor intención. Creo
que deberíamos hablar de ello con calma más tarde pero, quiero que sepáis que
he decidido no firmar los papeles y quedarme en Irlanda.
Nos
vemos en casa.
Nataly.
>>
Pulsó enviar y el mensaje partió. Imaginó que su
madre entraría en cólera en cuanto lo leyera y que la llamaría de inmediato
para intentar hacerla cambiar de opinión, así que apagó el móvil y lo guardó en
su bolso.
Éste y el osito se habían salvado de la marea
viscosa verde gracias a que los había dejado en el vagón del tren antes del
incidente. Y había sido casi lo único en salvarse… sus piernas, el vestido, la
chaqueta; todo estaba empapado y teñido de un verde moco repugnante. Y aún no
se había atrevido a mirar su pelo.
-Por favor- susurró alzando la mano.- Por favor-
Se palpó la cabeza y fue bajando lentamente, introduciendo los dedos entre sus
cabellos secos, hasta que se encontró con una punta húmeda y viscosa.- ¡No!-
masculló. Se cogió las puntas para verlas mejor y efectivamente, su tono rojizo
había desaparecido ¡Era verde!
Aún no se había recuperado cuando la puerta de la
caseta se abrió y Matt apareció. Se miraron unos instantes y aunque fue
evidente el esfuerzo que el chico hizo, no logró sostener su risa más de un par
de segundos.
Nataly se soltó el pelo y se cruzó de brazos con
una mueca de fastidio. Entrecerró los ojos esperando, pacientemente a que Matt
dejara de reírse, pero por más minutos que pasaban, las carcajadas no cesaban.
Ni si quiera cuando le vio sujetarse el estomago dolorido.
-¡Bueno, ya está bien ¿No?!- se quejó ella con voz
firme y él dejó de reír.- ¿Cuánto tiempo más pensabas reírte de una pobre chica
convaleciente que se ha caído en un tanque de asqueroso moco verde?-
Las carcajadas comenzaron de nuevo y Nataly se
irritó aún más.
-¡Pero, no, lo, cuentes así, Nat! ¡Es buenísimo!-
consiguió decirle casi sin respiración. Le tendió una toalla al tiempo que se
limpiaba las lágrimas.
Nataly la aceptó porque no quería pasarse lo que
le quedaba de noche cubierta de moco verde, pero al secarse el pelo no le
dirigió ni una sola mirada.
Se quitó la chaqueta pues se había llevado la peor
parte. Por mucho que pensara lavarla una y mil veces, era irrecuperable así que
la echó en una papelera.
Aquella caseta era el doble de grande que la de la
noria y por eso, después del “incidente”, Matt la había llevado allí y él había
regresado para poner las cosas en orden. Nataly no sabía si había logrado
solucionar los problemas del tren ni le importaba, la verdad.
Matt se sentó frente a ella, aún demasiado
sonriente.
-Bueno… ¿Cómo te las has apañado para caerte
dentro del barreño?- le preguntó.
La chica terminó de recogerse el pelo en un moño
que ocultara sus nuevas mechas verdes y comenzó a secarse los brazos.
-Tu tren del terror cobró vida de repente e
intentó atropellarme- le respondió.
-¿Le echas la culpa al tren?-
-¡Te la echo a ti!- aclaró ella.- Todavía no puedo
creer que me haya pasado esto. Incluso después de todo lo anterior, esto ya
es…- agitó la toalla con ira hasta que pensó en el aspecto cómico que debía
tener.
Pero Matt no se rió, en lugar de eso, le hizo un
gesto sin importancia con un brazo en el que llevaba un enorme tatuaje que
desaparecía bajo la manga remangada de la sudadera.
-No es para tanto.-
-¡No, claro que no!- Nataly se miró las piernas y
comprobó que el moco le cubría hasta los tobillos.- Esto es asqueroso. Y ojala
pudiera decir que es lo más humillante que me ha pasado hoy.-
-¿Quieres que hablemos de cosas humillantes?- Esta
vez fue Matt quien se cruzó de brazos y Nataly se dio cuenta de que en realidad
llevaba los dos tatuados de forma similar.- Deja que te cuente una historia que
se titula: <<El día en que conocí a Nate>>.-
<<Fue a mis 15 años. Íbamos al mismo
instituto, pero yo iba un curso por delante que él.
Un día, llevaron a nuestras clases de excursión a
los acantilados de Wicklow y yo tuve la suerte (y también la desgracia) de
sentarme a su lado en el autobús. Durante el trayecto de ida a la excursión no
es que habláramos mucho, pero en el viaje de vuelta, yo estaba a mi bola,
escuchando música en mi ipod cuando ese enano insufrible me vomitó
encima.>>
-¡Ah!- exclamó Nataly, recordando- ¡Esa era la
excursión del autobús mal ventilado!-
-¿Te lo ha contado?- preguntó y ella asintió.- ¡Se
lo cuenta a todo el mundo! ¡Como si se sintiera orgulloso el muy imbécil!- Matt
sacudió la cabeza.- ¡Total! Que me llenó las zapatillas y la mochila con su
pota… ¡Un desastre!-
Sólo con imaginárselo Nataly sintió un escalofrío
de asco.
-¿Y qué te dijo? ¿Se disculpó?-
-¡Oh sí! Claro que se disculpó. Sus palabras
exactas fueron: “Lo siento tío… estas cosas pasan”.-
Parecido a lo que le había dicho a ella. Nate no
había cambiado demasiado en esos años.
-¿Y cómo acabasteis siendo amigos después de eso?-
-Cuando el autobús nos dejó de nuevo en el
instituto ya no pude librarme de él.- siguió Matt.- Me siguió todo el día,
empeñado en ayudarme a limpiar todo lo que había echado a perder. Y mientras
estábamos en ello, descubrió mis baquetas. Entonces fue cuando me empezó a
hablar de su grupo y sus amigos. Al menos cinco o seis veces le mandé a paseo
antes de acceder a que me presentara a sus colegas, pero al final Tom y Jack me
cayeron bien y me uní al grupo.-
Matt le cogió la toalla de las manos y se la
llevó.
Menuda historia… era sorprendente que alguien
acabara siendo tan amigo del tío que le vomitó encima. Bueno, ese tío era Nate,
y Nate no era cualquiera, ella lo sabía bien y casi tenía que agradecer haber
vomitado delante de él y no de cualquier otro que se lo hubiese tomado peor.
En un rincón de la caseta había una fila de
taquillas en las que Nataly ni siquiera había reparado. Matt abrió una y arrojó
la toalla al fondo, para después sacar una abultada sudadera negra parecida a
la que llevaba.
-Será mejor que te pongas esto o pescarás un
resfriado cuando salgas fuera- le dijo entregándole la prenda.
-Gracias- Era tan enorme que le pareció una
especie de manta con mangas. En la parte de atrás tenía un dibujo grotesco de
una chica que intentaba salir de una cama, con el pánico afeando sus rasgos. Por
encima de ella flotaba el terrorífico rostro desfigurado de un hombre que
extendía sus afiladas garras plateadas hacia ella.
-¡Pesadilla en Elm Street!- exclamó Nataly,
reconociendo la escena.- Me encanta esta película.-
Matt sonrió con alegría ayudándola a ponerse la
descomunal prenda.
-¡Y a mí! Bueno, la antigua, no el cutre remake
que hicieran hace unos años.-
-¡Lo sé! Era horrible ¿A quién se le ocurriría?-
-A algún idiota, supongo-
-Un idiota sin nada qué hacer-
De pronto, los dos se miraron y sonrieron a la
vez. Había un brillo especial en sus ojos, como de reconocimiento.
-Vaya…- murmuró él, sorprendido.- Esto mola. Me
alegro de que por fin vayamos a tener en el grupo a alguien con un gusto
cinematográfico decente.-
<< ¿En el… grupo? >> No era el primero
de los chicos que parecía dar por hecho que Nataly ya era considerada un
miembro más de la peculiar familia de Reward. Por primera vez, se atrevió a
imaginar lo que sería pertenecer a un grupo de amigos como ése y su sonrisa se
ensanchó.
-Bueno Nat, está siendo muuuuuuy divertido- dijo
Matt con una mano en el pomo de la puerta. Su voz aún arrastraba burla, pero lo
ignoró.- Por desgracia y sintiéndolo mucho, tengo que volver a poner en marcha
este trasto para toda la gente cabreada de ahí fuera.-
Sí, recordaba esos rostros enfurecidos.
-Así que me echas ¿No?-
-Verás, si no fueras un imán de accidentes podrías
quedarte- La chica se hizo la ofendida, y él siguió como si nada.- Pero no me
atrevo a tenerte por aquí cuando voy a estar trasteando con potenciales
peligros para ti como cables, herramientas o… un escalón.-
-¡Eh! ¡Que yo no soy torpe!- se quejó Nataly.- En
realidad, es sólo una cuestión de mala suerte.-
Matt fue a decir algo más, pero se contuvo con una
sonrisilla sabihonda y los ojos entrecerrados.
-Vale- dijo solamente.- De todos modos, ahora
entiendo un poco mejor porque Tom no quería que te quedaras sola. Así que te
llevaré con Zonc.-
-¿Quién es Zonc?-
-Un amigo nuestro. Es el primero de todos en
terminar. Su turno acaba en 15 minutos.-
Otro amigo más, quizás un nuevo miembro de Reward.
Después de haber conocido a los demás, la perspectiva de este nuevo chico le
provocaba curiosidad y emoción. Aunque no podía evitar pensar que el modo en
que había ido pasando de uno a otro era un poco… ridículo. ¿Por cuantos más
“cuidadores” tendría que pasar? En lugar de eso, preguntó:
-Oye ¿Cuántos miembros tiene Reward?-
Matt abrió la puerta de la caseta.
-Somos cinco-
Salieron juntos de vuelta a la noche, y al frescor
que había quedado tras la lluvia y comenzaron a caminar.
Así que cinco. Tom, Jack, Nate, Matt y el tal
Zonc. Al menos suponía que Zonc sería el quinto componente de la banda.
Mientras atravesaban el parque una vez más, Nataly
no dejó de preguntarse cómo sería. ¿Sería tan encantador como Jack? ¿Tan
divertido como Nate? ¿Directo como Matt? ¿O sería como Tom? Tan… tan… Nataly
sintió un hormigueo en el estomago al pensar en él y no hallar el modo de
describirle.
Fuese como fuese ese Zonc, lo más probable es que
tuviera algo peculiar como sus amigos.
Yupiiiiiiiiiiiiiii soy la primera jajaja^^
ResponderEliminarNO ME PUEDO CREER QUE LE HAYAS HECHO ESO A LA POBRE NATALY!! Quiero decir, ya ha tenido un accidente en los coches, ha vomitado en el carrusel, y ahora el tren casi la atropella y se cae dentro de un tanque lleno de repugnante líquido verde? ¿Qué ha hecho la chica para merecer eso?
Jamás imaginé que pudiera pasarle...bueno, pensé quizás el tren se pone en marcha a toda velocidad con ella dentro, o el zombie tirado en el suelo se levanta con algún tipo de mecanismo y la asusta, incluso Matt aparece por sorpresa...pero nunca, nunca, que se caería dentro del barreño XDDD.
Y el malo de Matt, que no podía aguantarse la risa, me compadezco también de él, es difícil no reír en este tipo de situaciones! Definitivamente, Nataly es un imán de los accidentes. Y la historieta del autobús mal ventilado...no había olvidado lo orgulloso que es Nate, incluso de su vómito. Pobre Matt jajaja.
Por cierto, grande Nataly! Al fin ha hecho lo que tenía que hacer, ha plantado cara a su madre, bueno, más bien ha plantado pantalla, pero ha hecho lo correcto. Es que los chicos de Reward hacen milagros...
Y ahora toca Zonc! We, ya tengo ganas de conocerle más a fondo, a ver qué accidente provoca esta vez. Antes de acabar una cosa...¿soy yo o se ha producido de nuevo esa conexión entre estos dos de la que te hablaba en el capítulo anterior! Ese momento de peli de Pesadilla en Elm Street...y él le deja su sudadera...
TOM, VEN YA CORRIENDOOOOO!!!!!
Jajaja, aish, veo que esto está llegando a su fin....¿cuándo nos deleitarás con la continuación? Como siempre, enhorabuena por este pedazo de historia :D. Desde que comenzó ha ido enganchando más y más y ahora que se aproxima el final la intriga está al 100%.
Nos vemos pronto buscadora!
¡Eh, vuelves a ser la primera! jajaja ¡Enhorabuena! (aunque tendré unas palabritas con mis otros buscadores que me han abandonado).
ResponderEliminarEh, eh, eh, eh, eh, espera, eh... yo no lo he hecho nada a Nataly ¡Ha sido el tren! No, ¡Ha sido Matt! Yo no he tenido nada que ver... además Nataly, con todas las cosas que le han pasado ya podría estar un poco más alerta, si ves que el tren vibra ¡Apartate! ¬¬ En fin, sé que le han pasado muchas desgracias, pero esta conociendo a cinco chicos super guapos, super encantadores, super divertidos.... y a Nate, así que no veo porque no va a tener que soportar alguna que otra metedura de pata.
La verdad es que ni siquiera sé como se me ocurrió lo del barreño de moco verde... ¿Inspiración?
Aysss este Matt... se rió sí, es verdad. Es que tú imaginate la escena!!! Además que el tb pasó lo suyo con Nate en el pasado. Cuando me imagino a estos dos, los veo tan diferentes y a la vez tan unidos, que necesitaba algo que los uniera de verdad desde el minuto uno, y que fuera gracioso, porq así es todo en lo que Nate mete su gran nariz, jajaja.
Claro que Nataly planta cara, pantalla o lo que sea. No iba a dejar que se marchara a Brasil justamente ahora ¿No?
Sí, es el turno de Zonc ¿Qué te imaginas de él? Pronto le conoceremos a él, su aspecto, su personalidad, la atracción que guarda... y a lo mejor esta vez no hay accidentes... o sí.
Sí que ha sido un momento extraño cuando lo de la pelicula... ¡Espera! Creo que Tom te ha oido y ya se acerca corriendo, a toda velocidad. Jajaja
Si puedo subiré una de las ultimas pistas visuales que me quedan.
Me anima mucho ver que esta historia le sigue interesando a alguien, así que aquí seguiré, contando lo que pasó tal y como ocurrió.
Hasta la proxima visita, señorita Inestable.^^
Dios mio no quiero pensar que mas le puede pasar a esta chica!! jolines caerse en el barreño...me da repelus solo de pensarlo.
ResponderEliminarMuy valiente mandando el mensaje a sus padres, creo que estos chicos le van a dar el valor para enfrentarse a ellos.
Como le gusta Tom...a mi también.
hasta la próxima.
chaoo
jAJAJAJA
ResponderEliminarSi que da repelus ¿Verdad? y encima se rien de ella ¡Que fuerte! pero como bien has dicho, ha sido muy valiente ¿Habrá sido el moco? Lo mismo le ha dado valentía de algún modo.
Nos vemos pronto y gracias por comentar!
Ay Nataly si es que no miras por dónde vas?!?
ResponderEliminarPobre mujer solo le faltaba llenarse de moco verde!!
La reacción de Matt es lo más normal del mundo, yo tampoco hubiera podido evitar reírme de ella debió de ser todo un espectáculo. Un fuerte abrazo buscadora...
No mira, no mira, si es que va como loca... luego se enfada cuando nos reimos pero si es que... mira que yo soy despistada y voy distraida todo el tiempo, pero un barreño de moco verde lo veo y lo esquivo.
ResponderEliminarEn fin, tampoco nos cebemos con ella que lo esta pasando bastante mal, jajaja.
Otro abrazo para ti, Rudimara ^^