viernes, 7 de febrero de 2014

Noches de Feria 15



¡Buenas casi noches, buscadores!

¿Cómo habéis estado? Dejándome comentarios ¿Eh? Que los he visto, leído y respondido ^^

No he podido pasarme antes por aquí porque he tenido una semana ajetreada y agobiante, pero por fin he vuelto. Y además de traeros una nueva parte de la historia (*---*). Voy a compartir con vosotras valiosa información de este blog que os interesa saber.

En primer lugar, anuncio que he terminado por fin de escribir Noches de Feria ^^ (no hay nada que me haga más ilusión que escribir la palabra FIN a una historia, sobre todo si es tan larga. Luego pasa el tiempo y echas de menos a los personajes y piensas "Jo, ¿Por qué lo acabé tan pronto? Snif, snif... voy a escribir un final alternativo"). Bueno, que me lio. El caso es que está terminada ^^

En segundo lugar, más o menos mis cálculos me indican que quedan como unas 4 partes (contando la de hoy) para que la historia acabe en el blog, así que ya veis lo poco que os falta para abandonar la feria. Lo cual me recuerda que hace mucho que no os pregunto ¿Real o ficticia?

En tercer lugar, ya tengo preparada la siguiente historia de Reward que subiré al blog. Sólo os revelaré que es muy cortita y... ¡no!, ya os daré más pistas más adelante ¡juas, juas, juas!

En cuarto lugar, he empezado ya a escribir otra historia y de esta puedo decir que Tom compartirá el protagonismo con otro de los miembros de Reward. Aunque aún no sé cuando la subiré al blog.

Y ya sin más dilación, os dejo la esperada continuación de nuestra historia: Noches de Feria.


8.
Zonc, no solo era el miembro más guapo de Reward, sino que era el chico más guapo que Nataly jamás había visto.
Tras el saludo inicial no había sido capaz de dirigirle una sola palabra, se había quedado literalmente embobada observándole. Por suerte, él no se dio cuenta porque aún le quedaba mucho trabajo, así que pudo mirarle con calma repasando su imagen una y otra vez. Y después de hacerlo la única palabra que se le ocurría para describirle era: perfecto.
Era perfecto.
Zonc era rubio. El único rubio del grupo, notó Nataly. Su pelo se retorcía en miles de pequeños bucles sin que ninguno se viera fuera de lugar a pesar del viento o de sus movimientos. Además eran de un tono oscuro, casi dorado. Su tez era blanca pero estaba exenta de cualquier mancha o marca que pudiera afearla. Sus rasgos eran finos y suaves: una nariz pequeña y respingona, boca grande sensual, pómulos marcados lo suficiente para resultar atractivos y dos ojos de color azul verdoso bajo dos arcos dorados.
Su cuerpo también se adivinaba moldeado y proporcionado bajo la americana y los vaqueros. Estaba más cerca del típico cuerpo de gimnasio, aunque en su justa medida sin parecer exagerado. Cuando se quedaba quieto era como observar una de esas estatuas de mármol de los museos que los griegos esculpían con las medidas perfectas.
Y por si todo eso no hiciera ya imposible quitarle los ojos de encima, el modo en que se movía reflejaba una elegancia natural poco común en los hombres.
Lo único que no le cuadró a Nataly fue su sonrisa. También era perfecta, desde luego, pero ésta aparecía y desaparecía a cada momento, como un pececillo escurridizo en la superficie de un río. Se dio cuenta también de que cuando creía que nadie le miraba, tendía a encorvarse sin darse cuenta y también sus ojos, que se movían nerviosos de un lado a otro cuando alguien le hablaba.
Casi parecía… nervioso por algo, pero enseguida desechó esa idea.
Como los demás, Zonc le había ofrecido dar una vuelta en sus sillas totalmente gratis, pero ella se negó de forma rotunda. No correría más riesgos absurdos. Ni se montó en la atracción, ni se acercó a ella más de lo necesario. Eligió el rincón más alejado y despejado posible de cualquier cosa que pudiera ser peligrosa y allí le esperó.
Y allí fue donde la encontró.
-Hola Nataly- la saludó de nuevo.- Por hoy he terminado mi jornada ¿Cómo te encuentras?-
La chica se contuvo antes de hacer una mueca. Matt le había contado de forma resumida algunos de los percances que había sufrido.
-Estoy bien, enserio- le dijo de forma tajante. No quería otro chico a su alrededor que la tratara de ese irritante modo tan paternalista. Zonc sonrió apartando la vista unos instantes como le había visto hacer antes. ¿Por qué lo hacía?
-Bueno… si quieres podemos ir a un sitio más tranquilo a esperar a los demás- propuso él.- Aunque estés bien-
Nataly soltó una suave carcajada y Zonc volvió a desviar la mirada. Al fin entendió ese gesto, aunque sólo porque vino acompañado por un leve rubor que coloreó su piel.
¡Le ponía nervioso!
Le resultó sorprendente que alguno de esos chicos pudiera ser tímido. Claro que ser amigos no los hacía a todos iguales.
Aún así, darse cuenta de eso la hizo sentirse un poco perdida para tratar con él.
-Bueno… vale- respondió.- ¿Y en qué sitio estabas pensando?-
-¿Te importa sentarte sobre la hierba?-
Nataly observó el lamentable estado de su vestido y sacudió la cabeza.
-En absoluto-
Abandonaron la atracción de las sillas voladoras, sin alejarse demasiado. Más bien la rodearon y Zonc la condujo hasta la extensión de césped que la delimitaba. Buscaron el lugar más limpio para sentarse y Nataly comprobó que desde su nueva ubicación, la atracción volvía a ser una simple seta luminosa, algo bastante menos amenazador para ella, así que pudo tranquilizarse. En cuanto logró colocar la falda verde y reseca de su vestido de forma que tapara las piernas (también verdes), se sintió hasta cómoda sobre la mullida alfombra de hierba.
Zonc, con su aire de modelo masculino de Calvin Klein, desentonaba un poco allí sentado, pero las chicas que pasaban cerca no le quitaban ojo. Luego la miraban a ella y sus expresiones de ensoñación se convertían en feroces muecas de envidia.
Viéndole a él y viéndola a ella ¿De verdad creían que podía haber algo entre ellos? Nataly llegó a la conclusión de que las mujeres eran desagradables entre ellas incluso cuando no había motivo.
Pasaron unos minutos en silencio en los que se convenció del todo de que Zonc no se parecía a sus amigos. Mientras que ellos no habían tenido problema en conversar, hacerle preguntas e incluso bromear, él permanecía sumido en sus reflexiones.
Tendría que ser ella la que comenzara la conversación, así que decidió preguntarle lo mismo que a los demás.
-Así que… ¿También formas parte de Reward?- Zonc asintió sin más. Si no se hubiese vuelto hacia ella con interés, habría interpretado el gesto como una indirecta de que no le apetecía hablarla.- ¿Y qué instrumento tocas?-
-El bajo. Aunque también me las apaño con la guitarra- respondió. El silencio se reanudó y Nataly se puso a pensar de nuevo, intentando ignorar la incomodidad que empezaba a molestarla.
Quedaba confirmado que era un chico de pocas palabras ¿Qué más le podía preguntar? Había dicho que tocaba el bajo y la guitarra… la guitarra la hizo pensar en Tom y sus canciones. Podía preguntarle por él.
-¿Y cuánto hace que conoces a Tom?-
Esa pregunta iluminó el rostro de Zonc. Sus ojos se agrandaron y en ellos brilló una estela de luces, como si fuera la espuma de las olas.
-Pues hace ya cuatro años- contestó sin necesitar pensarlo.
-Así que fuiste el último en unirte a Reward- dedujo ella.
En su cabeza tenía los pedazos que cada uno le había ido contando sobre la historia del grupo y se le ocurrió que quizás por fin, podría terminar de encajarlos.
-¿Cómo los conociste?-
-Todo fue gracias a Tom- le explicó él.- Si no fuera por él, ni siquiera sé dónde estaría ahora.-
La curiosidad de Nataly se disparó, pero al chico le costaba tanto hablar que se sentía como una cotilla insistiendo todo el tiempo.
-¿Y tú?- La chica se mostró confusa ante la pregunta y Zonc liberó su sonrisa una vez más.- ¿Cuánto hace que tú conoces a Tom?-
-¡Ah!- exclamó ella. Cuánto hacía que… Miró el reloj del móvil y contó. Menos de cuatro horas. <<Vaya…>> pensó perpleja. No hacía ni cuatro horas que le había visto por primera vez. Le pareció imposible que hiciera tan poco tiempo. Se quedó ensimismada varios minutos pero al levantar la vista, Zonc seguía esperando con calma.- ¡Lo siento! Me he distraído… He conocido a Tom esta noche.-
Zonc asintió en silencio, pero ella adivinó su perplejidad oculta y se imaginó el torrente de preguntas que estaría desfilando por su mente.
-He tenido una noche… interesante- suavizó ella, señalándose con el dedo.- Me han pasado muchas cosas.-
Zonc no bromeó sobre su aspecto, ni se rió por lo bajo como habrían hecho Matt o Nate. Ni siquiera la preguntó enseguida. Sola la miraba, como si no se hubiese fijado en esas cosas porque veía más allá.
Por fin parecía relajado, de hecho, su mirada oceánica transmitía reconfortante paz que Nataly pudo sentir al mirarle a los ojos. No era uno de esos silencios incómodos que hay que llenar con palabras lo que flotaba entre ellos, pero algo la impulsó a hablar.
Y le contó todo lo que le había pasado desde su llegada al parque: cómo había conocido a sus amigos, sus pequeños incidentes (saltándose, por supuesto, lo ocurrido en el carrusel). Zonc escuchó con atención en todo momento, interesándose con preguntas y animándola a que continuara con esa sonrisa amigable y confiada.
-Después de caerme en el moco verde… Matt me trajo aquí porque piensa que sigo con la cabeza ida- terminó de relatar.
-Ahora entiendo que no quisieras subir a mis sillas- comentó Zonc, divertido.
En realidad, Nataly no había querido subir a ninguna de esas atracciones. Una vez pasaba la humillación (y, en algunas, el miedo), pensándolo bien, los resultados no habían sido tan terribles.
Nunca puedes saber cuál será el resultado de lo que te propones por mucho que tu mente se lo imagine. En especial porque tu cerebro se empeña siempre en imaginar lo peor.
-Me gustaría preguntarte algo- dijo Zonc, tomando por fin la iniciativa.- ¿Por qué decidiste venir sola al parque?-
Esa era la pregunta que Nataly había temido que le plantearan desde el principio. Ninguno de los otros lo había hecho, aunque sabía que más de uno había querido hacerlo. A otros ni se les había pasado por la cabeza. Y él más callado de todos era el que había dado con la clave.
De haberse enfrentado a esa cuestión antes, Nataly habría inventado alguna excusa, pero con Zonc, el cerebro se le quedó en blanco.
Su mirada clara le decía que no hacía falta mentir, que sabría comprenderla. Y, después de todo, ella no quería mentir a ninguno de esos chicos, ni quería mostrar ante ellos una versión moderada de sí misma que resultara más adecuada.
Tras un nuevo y prolongado silencio, Zonc aguardaba la respuesta tranquilo, como si hubiesen sido un par de segundos.
-Hoy ha sido un día muy complicado- comenzó a decir ella. Levantó la vista, cual condenado que, rendido ya, se dispone a confesarlo todo.- Si te lo cuento ¿Prometes no decírselo a nadie, al menos, hasta mañana?-
Zonc no dudó.
-Lo prometo-
La chica se convenció de su sinceridad, de modo que respiró hondo más tranquila y habló:





Hasta pronto, buscadores

5 comentarios:

  1. Qué!?!¿ Es que nos vas a dejar así? Hay algo más que le pasa a Nataly aparte de la broca con sus padres!¿¡?
    Ahora si que la hemos hecho buena... Nos dejas con una incertidumbre total.
    Un abrazo buscadora!!!

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    1. ¡Buenas, Rudimara!
      Pues sí... os he dejado un poco con el suspense, pero no ha sido tanto no?? Además, lo he hecho para ver que hipotesis se os ocurrían, jajaja.
      No te preocupas que en breve voy a subir la respuesta!
      Nos vemos ^^

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  2. ¡Otra vez no! ¡No puede ser! ¬¬
    No puedo creer que nos hayas dejado con la intriga de nuevo y tan seguido. ¿Cuánto se supone que tendremos que esperar ahora a la siguiente parte? Ay, eso que le va a contar a Zonc está relacionado con la gente de la que se escondía cuando llegó con Jack a los coches...seguro! ¿Fue en los coches, no? De cualquier modo, parece que hace siglos de eso e increíblemente no han pasado ni cuatro horas.
    Recapitulemos. Zonc.
    ¿Por qué es tan perfecto? Vamos, la misma Nataly lo ha reconocido. Creo que no grité lo suficiente en el último comentario: TOOOOOOM!!!! VAMOS, TOM!!!!
    Que no, que no, que es broma, que Nataly resiste vamos, segurísimo, aunque el chico está haciendo algo que es de admirar: está escuchándola sin atosigarla a preguntas :O. Maravilloso, Zonc.
    Y otra cosa que me ha parecido es que él estaba un poco súper nervioso, ¿no? ¿Y eso? ¿Quizás por Nataly?
    Por eso de ser tímido... si le han encargado que cuide a una chica que ya de por sí ha conseguido que uno de los miembros del grupo le toque una canción...puede ser que a Zonc esté empezando a gustarle Nataly. Ay.
    ¿Se aproxima un triángulo amoroso? Creo recordar algo de esto...
    Dios, no puedes dejarnos así. En serio, sube ya por favor jajaja.
    Antes de irme, vuelvo a felicitarte por acabar la historia por aquí^^ La verdad es que me alegra mucho saber que ya tienes otra preparada pero me da mucha cosa que se acabe esta...yo espero que sea Real, por favor, que adoro a Nataly!
    Bueno, me despido por hoy, lo dicho, no seas mala buscadora y pon la siguiente parte pronto! Un saludo^^

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    1. ¡Buenas, señorita Inestable!
      Tengo que decir que lo sientoooooo, pero me encanta el suspense y la intriga! jajaja, y también, que no pensaba tardar tanto en subir la siguiente parte, pero esta semana tenia la recta final del curso del escritura y todavía sigo un poco ocupada, pero ya voy a subir la siguiente parte ¡Así que mucha calma!
      Zonc es muy majo, sí, por eso será el que le saque a Nataly todos los secretos que oculta. Aunque es cierto que es un poco tímido, pero bueno, no iban a ser todos Nates a los que les da todo igual no?! (no se porque me meto tanto con Nate, con lo majete que es... en fin)
      Jajajaa, Tom... ya te puedo decir que esta mas cerca cada vez, de hecho, puede que le veamos de nuevo antes de que acabe esta parte.
      Gracias por tus felicitaciones, como ya te dije via twitter somos dos cracks por acabar nuestras respectivas historias^^
      Que no soy mala!!! va, os subo la siguiente parte.
      Hasta muy pronto, señorita Inestable!

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  3. Buenooo que será...aunque no voy a esperar porque como he trdado en pasar por aquí tengo el siguiente capitulo puesto jajaja a ya voy.

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