¡Buenas casi noches, buscadores!
¿Cómo habéis estado? Dejándome comentarios ¿Eh? Que los he visto, leído y
respondido ^^
No he podido pasarme antes por aquí porque he tenido una semana ajetreada
y agobiante, pero por fin he vuelto. Y además de traeros una nueva parte de la
historia (*---*). Voy a compartir con vosotras valiosa información de este blog
que os interesa saber.
En primer lugar, anuncio que he terminado por fin de escribir Noches de Feria ^^ (no hay nada que me
haga más ilusión que escribir la palabra FIN
a una historia, sobre todo si es tan larga. Luego pasa el tiempo y echas de
menos a los personajes y piensas "Jo, ¿Por qué lo acabé tan pronto? Snif,
snif... voy a escribir un final alternativo"). Bueno, que me lio. El caso
es que está terminada ^^
En segundo lugar, más o menos mis cálculos me indican que quedan como unas
4 partes (contando la de hoy) para que la historia acabe en el blog, así que ya
veis lo poco que os falta para abandonar la feria. Lo cual me recuerda que hace
mucho que no os pregunto ¿Real o ficticia?
En tercer lugar, ya tengo preparada la siguiente historia de Reward que subiré al blog.
Sólo os revelaré que es muy cortita y... ¡no!, ya os daré más pistas más
adelante ¡juas, juas, juas!
En cuarto lugar, he empezado ya a escribir otra historia y de esta puedo
decir que Tom compartirá el protagonismo con otro de los miembros de Reward. Aunque aún no sé
cuando la subiré al blog.
Y ya sin más dilación, os dejo la esperada continuación de nuestra
historia: Noches de Feria.
8.
Zonc, no solo era el miembro más guapo de Reward,
sino que era el chico más guapo que Nataly jamás había visto.
Tras el saludo inicial no había sido capaz de
dirigirle una sola palabra, se había quedado literalmente embobada
observándole. Por suerte, él no se dio cuenta porque aún le quedaba mucho
trabajo, así que pudo mirarle con calma repasando su imagen una y otra vez. Y
después de hacerlo la única palabra que se le ocurría para describirle era:
perfecto.
Era perfecto.
Zonc era rubio. El único rubio del grupo, notó
Nataly. Su pelo se retorcía en miles de pequeños bucles sin que ninguno se
viera fuera de lugar a pesar del viento o de sus movimientos. Además eran de un
tono oscuro, casi dorado. Su tez era blanca pero estaba exenta de cualquier
mancha o marca que pudiera afearla. Sus rasgos eran finos y suaves: una nariz
pequeña y respingona, boca grande sensual, pómulos marcados lo suficiente para
resultar atractivos y dos ojos de color azul verdoso bajo dos arcos dorados.
Su cuerpo también se adivinaba moldeado y
proporcionado bajo la americana y los vaqueros. Estaba más cerca del típico
cuerpo de gimnasio, aunque en su justa medida sin parecer exagerado. Cuando se
quedaba quieto era como observar una de esas estatuas de mármol de los museos
que los griegos esculpían con las medidas perfectas.
Y por si todo eso no hiciera ya imposible quitarle
los ojos de encima, el modo en que se movía reflejaba una elegancia natural
poco común en los hombres.
Lo único que no le cuadró a Nataly fue su sonrisa.
También era perfecta, desde luego, pero ésta aparecía y desaparecía a cada
momento, como un pececillo escurridizo en la superficie de un río. Se dio
cuenta también de que cuando creía que nadie le miraba, tendía a encorvarse sin
darse cuenta y también sus ojos, que se movían nerviosos de un lado a otro
cuando alguien le hablaba.
Casi parecía… nervioso por algo, pero enseguida
desechó esa idea.
Como los demás, Zonc le había ofrecido dar una
vuelta en sus sillas totalmente gratis, pero ella se negó de forma rotunda. No
correría más riesgos absurdos. Ni se montó en la atracción, ni se acercó a ella
más de lo necesario. Eligió el rincón más alejado y despejado posible de
cualquier cosa que pudiera ser peligrosa y allí le esperó.
Y allí fue donde la encontró.
-Hola Nataly- la saludó de nuevo.- Por hoy he
terminado mi jornada ¿Cómo te encuentras?-
La chica se contuvo antes de hacer una mueca. Matt
le había contado de forma resumida algunos de los percances que había sufrido.
-Estoy bien, enserio- le dijo de forma tajante. No
quería otro chico a su alrededor que la tratara de ese irritante modo tan
paternalista. Zonc sonrió apartando la vista unos instantes como le había visto
hacer antes. ¿Por qué lo hacía?
-Bueno… si quieres podemos ir a un sitio más
tranquilo a esperar a los demás- propuso él.- Aunque estés bien-
Nataly soltó una suave carcajada y Zonc volvió a
desviar la mirada. Al fin entendió ese gesto, aunque sólo porque vino
acompañado por un leve rubor que coloreó su piel.
¡Le ponía nervioso!
Le resultó sorprendente que alguno de esos chicos pudiera
ser tímido. Claro que ser amigos no los hacía a todos iguales.
Aún así, darse cuenta de eso la hizo sentirse un
poco perdida para tratar con él.
-Bueno… vale- respondió.- ¿Y en qué sitio estabas
pensando?-
-¿Te importa sentarte sobre la hierba?-
Nataly observó el lamentable estado de su vestido
y sacudió la cabeza.
-En absoluto-
Abandonaron la atracción de las sillas voladoras,
sin alejarse demasiado. Más bien la rodearon y Zonc la condujo hasta la
extensión de césped que la delimitaba. Buscaron el lugar más limpio para
sentarse y Nataly comprobó que desde su nueva ubicación, la atracción volvía a
ser una simple seta luminosa, algo bastante menos amenazador para ella, así que
pudo tranquilizarse. En cuanto logró colocar la falda verde y reseca de su vestido
de forma que tapara las piernas (también verdes), se sintió hasta cómoda sobre
la mullida alfombra de hierba.
Zonc, con su aire de modelo masculino de Calvin
Klein, desentonaba un poco allí sentado, pero las chicas que pasaban cerca no
le quitaban ojo. Luego la miraban a ella y sus expresiones de ensoñación se
convertían en feroces muecas de envidia.
Viéndole a él y viéndola a ella ¿De verdad creían
que podía haber algo entre ellos? Nataly llegó a la conclusión de que las
mujeres eran desagradables entre ellas incluso cuando no había motivo.
Pasaron unos minutos en silencio en los que se
convenció del todo de que Zonc no se parecía a sus amigos. Mientras que ellos
no habían tenido problema en conversar, hacerle preguntas e incluso bromear, él
permanecía sumido en sus reflexiones.
Tendría que ser ella la que comenzara la
conversación, así que decidió preguntarle lo mismo que a los demás.
-Así que… ¿También formas parte de Reward?- Zonc
asintió sin más. Si no se hubiese vuelto hacia ella con interés, habría
interpretado el gesto como una indirecta de que no le apetecía hablarla.- ¿Y
qué instrumento tocas?-
-El bajo. Aunque también me las apaño con la
guitarra- respondió. El silencio se reanudó y Nataly se puso a pensar de nuevo,
intentando ignorar la incomodidad que empezaba a molestarla.
Quedaba confirmado que era un chico de pocas
palabras ¿Qué más le podía preguntar? Había dicho que tocaba el bajo y la
guitarra… la guitarra la hizo pensar en Tom y sus canciones. Podía preguntarle
por él.
-¿Y cuánto hace que conoces a Tom?-
Esa pregunta iluminó el rostro de Zonc. Sus ojos
se agrandaron y en ellos brilló una estela de luces, como si fuera la espuma de
las olas.
-Pues hace ya cuatro años- contestó sin necesitar
pensarlo.
-Así que fuiste el último en unirte a Reward-
dedujo ella.
En su cabeza tenía los pedazos que cada uno le
había ido contando sobre la historia del grupo y se le ocurrió que quizás por
fin, podría terminar de encajarlos.
-¿Cómo los conociste?-
-Todo fue gracias a Tom- le explicó él.- Si no
fuera por él, ni siquiera sé dónde estaría ahora.-
La curiosidad de Nataly se disparó, pero al chico
le costaba tanto hablar que se sentía como una cotilla insistiendo todo el
tiempo.
-¿Y tú?- La chica se mostró confusa ante la
pregunta y Zonc liberó su sonrisa una vez más.- ¿Cuánto hace que tú conoces a
Tom?-
-¡Ah!- exclamó ella. Cuánto hacía que… Miró el
reloj del móvil y contó. Menos de cuatro horas. <<Vaya…>> pensó
perpleja. No hacía ni cuatro horas que le había visto por primera vez. Le
pareció imposible que hiciera tan poco tiempo. Se quedó ensimismada varios
minutos pero al levantar la vista, Zonc seguía esperando con calma.- ¡Lo
siento! Me he distraído… He conocido a Tom esta noche.-
Zonc asintió en silencio, pero ella adivinó su
perplejidad oculta y se imaginó el torrente de preguntas que estaría desfilando
por su mente.
-He tenido una noche… interesante- suavizó ella,
señalándose con el dedo.- Me han pasado muchas cosas.-
Zonc no bromeó sobre su aspecto, ni se rió por lo
bajo como habrían hecho Matt o Nate. Ni siquiera la preguntó enseguida. Sola la
miraba, como si no se hubiese fijado en esas cosas porque veía más allá.
Por fin parecía relajado, de hecho, su mirada
oceánica transmitía reconfortante paz que Nataly pudo sentir al mirarle a los
ojos. No era uno de esos silencios incómodos que hay que llenar con palabras lo
que flotaba entre ellos, pero algo la impulsó a hablar.
Y le contó todo lo que le había pasado desde su
llegada al parque: cómo había conocido a sus amigos, sus pequeños incidentes (saltándose,
por supuesto, lo ocurrido en el carrusel). Zonc escuchó con atención en todo
momento, interesándose con preguntas y animándola a que continuara con esa
sonrisa amigable y confiada.
-Después de caerme en el moco verde… Matt me trajo
aquí porque piensa que sigo con la cabeza ida- terminó de relatar.
-Ahora entiendo que no quisieras subir a mis
sillas- comentó Zonc, divertido.
En realidad, Nataly no había querido subir a
ninguna de esas atracciones. Una vez pasaba la humillación (y, en algunas, el miedo),
pensándolo bien, los resultados no habían sido tan terribles.
Nunca puedes saber cuál será el resultado de lo
que te propones por mucho que tu mente se lo imagine. En especial porque tu
cerebro se empeña siempre en imaginar lo peor.
-Me gustaría preguntarte algo- dijo Zonc, tomando
por fin la iniciativa.- ¿Por qué decidiste venir sola al parque?-
Esa era la pregunta que Nataly había temido que le
plantearan desde el principio. Ninguno de los otros lo había hecho, aunque
sabía que más de uno había querido hacerlo. A otros ni se les había pasado por
la cabeza. Y él más callado de todos era el que había dado con la clave.
De haberse enfrentado a esa cuestión antes, Nataly
habría inventado alguna excusa, pero con Zonc, el cerebro se le quedó en
blanco.
Su mirada clara le decía que no hacía falta
mentir, que sabría comprenderla. Y, después de todo, ella no quería mentir a
ninguno de esos chicos, ni quería mostrar ante ellos una versión moderada de sí
misma que resultara más adecuada.
Tras un nuevo y prolongado silencio, Zonc
aguardaba la respuesta tranquilo, como si hubiesen sido un par de segundos.
-Hoy ha sido un día muy complicado- comenzó a
decir ella. Levantó la vista, cual condenado que, rendido ya, se dispone a
confesarlo todo.- Si te lo cuento ¿Prometes no decírselo a nadie, al menos,
hasta mañana?-
Zonc no dudó.
-Lo prometo-
La chica se convenció de su sinceridad, de modo
que respiró hondo más tranquila y habló:
Hasta
pronto, buscadores
Qué!?!¿ Es que nos vas a dejar así? Hay algo más que le pasa a Nataly aparte de la broca con sus padres!¿¡?
ResponderEliminarAhora si que la hemos hecho buena... Nos dejas con una incertidumbre total.
Un abrazo buscadora!!!
¡Buenas, Rudimara!
EliminarPues sí... os he dejado un poco con el suspense, pero no ha sido tanto no?? Además, lo he hecho para ver que hipotesis se os ocurrían, jajaja.
No te preocupas que en breve voy a subir la respuesta!
Nos vemos ^^
¡Otra vez no! ¡No puede ser! ¬¬
ResponderEliminarNo puedo creer que nos hayas dejado con la intriga de nuevo y tan seguido. ¿Cuánto se supone que tendremos que esperar ahora a la siguiente parte? Ay, eso que le va a contar a Zonc está relacionado con la gente de la que se escondía cuando llegó con Jack a los coches...seguro! ¿Fue en los coches, no? De cualquier modo, parece que hace siglos de eso e increíblemente no han pasado ni cuatro horas.
Recapitulemos. Zonc.
¿Por qué es tan perfecto? Vamos, la misma Nataly lo ha reconocido. Creo que no grité lo suficiente en el último comentario: TOOOOOOM!!!! VAMOS, TOM!!!!
Que no, que no, que es broma, que Nataly resiste vamos, segurísimo, aunque el chico está haciendo algo que es de admirar: está escuchándola sin atosigarla a preguntas :O. Maravilloso, Zonc.
Y otra cosa que me ha parecido es que él estaba un poco súper nervioso, ¿no? ¿Y eso? ¿Quizás por Nataly?
Por eso de ser tímido... si le han encargado que cuide a una chica que ya de por sí ha conseguido que uno de los miembros del grupo le toque una canción...puede ser que a Zonc esté empezando a gustarle Nataly. Ay.
¿Se aproxima un triángulo amoroso? Creo recordar algo de esto...
Dios, no puedes dejarnos así. En serio, sube ya por favor jajaja.
Antes de irme, vuelvo a felicitarte por acabar la historia por aquí^^ La verdad es que me alegra mucho saber que ya tienes otra preparada pero me da mucha cosa que se acabe esta...yo espero que sea Real, por favor, que adoro a Nataly!
Bueno, me despido por hoy, lo dicho, no seas mala buscadora y pon la siguiente parte pronto! Un saludo^^
¡Buenas, señorita Inestable!
EliminarTengo que decir que lo sientoooooo, pero me encanta el suspense y la intriga! jajaja, y también, que no pensaba tardar tanto en subir la siguiente parte, pero esta semana tenia la recta final del curso del escritura y todavía sigo un poco ocupada, pero ya voy a subir la siguiente parte ¡Así que mucha calma!
Zonc es muy majo, sí, por eso será el que le saque a Nataly todos los secretos que oculta. Aunque es cierto que es un poco tímido, pero bueno, no iban a ser todos Nates a los que les da todo igual no?! (no se porque me meto tanto con Nate, con lo majete que es... en fin)
Jajajaa, Tom... ya te puedo decir que esta mas cerca cada vez, de hecho, puede que le veamos de nuevo antes de que acabe esta parte.
Gracias por tus felicitaciones, como ya te dije via twitter somos dos cracks por acabar nuestras respectivas historias^^
Que no soy mala!!! va, os subo la siguiente parte.
Hasta muy pronto, señorita Inestable!
Buenooo que será...aunque no voy a esperar porque como he trdado en pasar por aquí tengo el siguiente capitulo puesto jajaja a ya voy.
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